Por la crisis del coronavirus muchas personas están hoy teletrabajando y el reto no ha sido fácil de cumplir. A continuación, reproducimos una columna de opinión sobre el tema, la cual fue publicada en eltiempo.com
El teletrabajo no es ‘teleesclavitud’
Es muy sensato agradecer hoy en día por el trabajo que se tiene, pero eso no significa que la jornada laboral de las personas en casa pueda superar la máxima legal y se tenga que estar conectado las 24 horas del día.
No estábamos preparados para todo lo que está pasando y ya estamos pagando las consecuencias. Esa es la verdad. El coronavirus obligó por fin a las empresas a permitir el teletrabajo o el trabajo en casa (técnicamente no es lo mismo*) y ahora, sobre la marcha, estamos reconociendo peligros que no deben hacerse duraderos.
No son pocos los que aseguran que en la casa se trabaja más que en la oficina. El hecho de estar conectados —y tener que demostrarlo ante el jefe— supone erradamente que las personas deben responder prácticamente de inmediato a mensajes, reuniones virtuales o correos electrónicos. No importa si es la hora del almuerzo o, incluso, si es de noche.
Esta extensión latente de la jornada laboral es grave, así lo sea más estar desempleado. Allende las horas extras que se pueden hacer y el compromiso laboral que exige muchas veces dar más de lo que estipula lo legal, en Colombia se pueden trabajar máximo 48 horas a la semana, 8 horas diarias. Punto.
Hay que dejar muy claro que trabajar en casa no obliga a las personas a estar conectadas las 24 horas del día ni mucho menos tener que atender solicitudes en horas extralaborales. De hecho, el horario debe quedar especificado por escrito o de manifiesto entre las partes para que no sucedan luego discrepancias o disputas que, al final de cuentas, se pueden arreglar con buena comunicación.
El aviso es para todos. Los propios hábitos y disciplinas de las personas sí que son relevantes en esta coyuntura. Suena a cliché, pero en serio deben hacerse pausas activas, ejercicios de respiración, estirar, alimentarse bien y no descuidar las relaciones familiares. La desorganización y los quehaceres del hogar (cocinar, ayudar a los hijos con las clases virtuales, hacer aseo, entre otros) han modificado drásticamente el día a día de los trabajadores colombianos. El estrés, seguro, no es poco.
Cuando las cosas se hacen mal, terminan mal. Así de simple. La crisis del coronavirus no debe convertirse en el festín de la vulneración de los derechos laborales. El teletrabajo es bienvenido porque no supone la ruptura de la barrera entre lo personal y lo laboral. Y así hay que pedirles a las empresas que no ordenen a sus trabajadores regresar a la oficina si realmente no es necesario. No solo por la salud de todos, sino porque de verdad se puede ser productivo trabajando en casa, ahorrando tiempo y dinero, a la vez que se cuida un poco el medioambiente.
* El teletrabajo está reglamentado en la Ley 1221 de 2008, mientras que la figura de ‘trabajo en casa’ se está aplicando de manera excepcional y transitoria por la crisis del coronavirus.
Conoce aquí más información sobre el teletrabajo en Colombia
Jefe de redacción transaccional en El Tiempo
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