Tener una comunicación fluida y tranquila con el jefe puede ser una de las fortalezas que los profesionales necesitan para su desarrollo. Manifestar molestias, ideas o sugerencias permite que el trabajo fluya y el ambiente laboral mejore.
“Existen muchas creencias sobre las labores de un jefe y el papel que tiene en la empresa, la principal razón para tenerle miedo es que el jefe tiene el poder de mantenerlo o no en su trabajo, eso puede cambiar dependiendo la edad, o por el mando que tenga el jefe, ya que puede ser de manera vertical y alejado de una guía ‘inspiracional’, de los objetivos o del liderazgo”, dijo a elempleo.com Felipe Delgado, ‘executive manager’ de Michael Page Colombia.
Con los recambios generacionales que tienen las empresas, hay conceptos ligados al jefe que se han desmontado y las compañías procuran que sus colaboradores tengan una mejor comunicación.
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“Las nuevas tendencias hacen que el jefe se involucre, conozca y participe activamente en todas las áreas de la organización dando ese toque de humanización del cargo: gerencia circular”, analizó María Liliana González, gerente nacional de Perms para Manpower Colombia.
Las jefaturas y los líderes están llamados a ser más cercanos con sus equipos de trabajo, sin perder el control y el mando que ejercen. Las empresas buscan que sus directivos sean líderes positivos, que promuevan el desarrollo interno y el crecimiento de cada uno de los empleados.
“Los jefes deben hacerse seguir con sus ideas, con su ejemplo y cada vez menos las personas tienen miedo de hablarles al sentirse en un ambiente cómodo; es importante que ambas partes alineen los objetivos, tengan una relación laboral medible y cuantitativa, pues esto hace que sea más fácil manejar la labor profesional lejos de los malos entendidos en las formas y en los tratos”, agregó Delgado.
Es entendible que el miedo se dé por temor a perder el empleo o a extender un mal ambiente laboral, pero al igual que un empresario enfrenta el día a día buscando negocios y tratando de mantener la empresa viva, el empleado debe ver al empleador como un cliente con el cual hay que mantener la relación laboral fluida y en crecimiento.
“Es importante definir con argumentos, tacto y mucha inteligencia emocional. La política y la sutileza son fundamentales para las relaciones laborales y para debatir con el superior cuando es necesario”, puntualizó González.
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