Cómo dicen por ahí: “todos los extremos son malos”. Y sí, tener amigos en el empleo se puede ver como algo positivo siempre y cuando esto no se convierta en espacios de ocio. Finalmente al trabajo vas a laborar, no solo para hacer antesala y relaciones.
Sin embargo, crear lazos de amistad en el trabajo facilita la comunicación dentro de los diferentes equipos de trabajo y, sobre todo, se fortalece la confianza.
No es lo mismo solicitar un favor de carácter laboral a un compañero que es amigo, que pedírselo a alguien con quien apenas hablas y únicamente de cosas de trabajo.
Guillermo González, coach ontológico, dice que es importante tener amigos en el trabajo porque somos seres sociales.
El empleo es un espacio de creación de redes de apoyo. Cuando trabajar en equipo se queda simplemente en una relación laboral tiende a no ser tan fuerte como cuando se crean lazos de amistad. “Es decir, el poder soportarse no solo en el ámbito laboral puede ser importante sin la necesidad de que estos dos campos se mezclen, o sea, que yo tenga una dificultad con mi amigo laboral y que eso influya en la parte personal o viceversa”.
Según González es clave generar redes de amistad, eso propicia un estado emocional y hace que la persona sea más productiva. Además, que tenga espacios de esparcimiento dentro del mismo trabajo, que bien manejados pueden ser fructíferos. No obstante, pueden llevar al ocio que es el otro extremo y que no es recomendable en el campo laboral.
Las desventajas de no tener amigos en el trabajo son, por ejemplo, un aislamiento, consecuencia de no tener la oportunidad de expresar emociones y anécdotas. Se podría generar desconfianza.
“Con cada persona generamos un tipo de amistad diferente. Se pueden crear amistades muy profundas que van mucho más allá de lo laboral. También hay amistades que tienen que ver con la función de, simplemente, hablar con alguien en el trabajo, o sea, que no son muy fuertes pero sirven como apoyo”, expresa González.
La confianza, en este caso, es cuando alguien le hace una promesa a otro y la cumple. A partir de ahí se empieza a crear un lazo de amistad. Es un dar y recibir.
Tener un amigo en el trabajo es confiar, por lo tanto, se puede contar con él. Aunque en el campo laboral lo ideal es trabajar en equipo, infortunadamente no siempre se puede contar con la colaboración y cooperación de todos los integrantes del equipo.
“Sí es recomendable tener amigos en el trabajo. Hay que seguir generando relaciones. Siempre necesitamos una red de apoyo en la parte técnica, pero también es vital tenerla en la parte emocional”, concluye González.
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Pablo Alejandro Alzate
Contenido@elempleo.com
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