Luego de evaluar los datos de más de 2.000 empleados durante dos años, se llegó a la conclusión de que una compañía puede mejorar su rendimiento solo con saber ubicar a sus trabajadores cerca el uno del otro.
Gestionar el espacio de los empleados tiene sentido. Según el informe, existen tres perfiles en las empresas:
Productivos: Realizan las tareas rápidamente pero con poca calidad.
De calidad: Trabajadores que producen con muy buena calidad sus tareas, pero tardan en terminarlas.
Integrales: Están en la media entre calidad y producción.
El análisis propone que lo ideal es que las empresas identifiquen estas características de cada trabajador, para situar su puesto de trabajo estratégicamente.
Lo recomendable es establecer proximidad en el espacio físico entre un empleado productivo con uno de calidad. Así habrá retroalimentación y contagio de una aptitud con otra, e incrementará su efectividad.
Por otro lado, el informe aconseja que aquellos trabajadores integrales sean ubicados en un mismo grupo.
Las cifras dicen que si la organización implementa lo propuesto por el estudio podrían aumentar su productividad en un 13 por ciento y la eficacia mejoraría en un 17 por ciento.
Sin embargo, existen trabajadores tóxicos que pueden influenciar de forma negativa a sus compañeros. A estos, también hay que saberlos ubicar, pues según el informe de Cornerstone y Harvard Business School, mantener este tipo de empleados juntos aumenta las posibilidades en un 27 por ciento de que alguno sea despedido.
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