Tu forma de actuar puede ser un punto a favor en un proceso de selección, sin embargo, también lo puede arruinar y acabar con tus aspiraciones de conseguir trabajo.
Mabel Camacho Méndez, directora de Recursos Humanos de WM Inmobiliaria, dice que “una persona que de verdad quiere trabajar muestra buena actitud desde la llamada. Se muestra interesada, comprometida y responsable. Responde oportunamente a los correos, a las citaciones”.
“Un buen candidato llega a tiempo, eso es primordial. Es muy cálido a la hora de saludar y respeta a las personas que lo están entrevistando”, complementa.
Además, está atento a todo, es eficaz. Averigua lo que no conoce e inspecciona acerca de la empresa en la que aspira trabajar.
Por su parte, María del Pilar Álvarez, consultora en Recursos Humanos y psicóloga de la Universidad de Los Andes, asegura que la persona tiene que llegar positiva, alegre, demostrando seguridad y enfocada en que va a ser la ganadora.
Es clave que el aspirante demuestre seguridad, confianza, disposición, apertura, honestidad y empatía.
¿Qué actitudes causan una mala impresión?
Según Adriana Ochoa, directora comercial de TH Plus, todos los excesos pueden impactar de una manera negativa los resultados de una entrevista de trabajo. Dentro de estos podemos citar “la prepotencia, el egocentrismo, el exceso de confianza, demasiada extroversión, la timidez y el nerviosismo”.
Un candidato que no mire a los ojos al entrevistador o que sea sobrado puede ser descartado del proceso.
De igual manera, la impuntualidad y las disculpas para justificarla generan un impacto negativo.
“Estar distraído, no prestar atención a lo que le están preguntando, responder una cosa diferente a lo que el entrevistador quiere saber, cambiar de tema, tergiversar la conversación, ser confianzudo. Estas actitudes descartan cualquier posibilidad de trabajo”, puntualiza Camacho Méndez.
Ojo a las conclusiones
Tu actitud es decisiva en una entrevista de trabajo. Debes generar confianza y demostrar seguridad. Sé claro en tus respuestas, nada de rodeos. Al reclutador le interesa una persona que crea en sí misma. No obstante, el exceso de positivismo puede percibirse como una máscara o un mecanismo de defensa.
Si de verdad te interesa el trabajo, tu actitud hablará por ti. No olvides ser sincero, cualquier mentira por más piadosa que parezca puede dejarte fuera del proceso. Y lo más importante: sé tú mismo. A veces, por querer agradar, olvidas tu esencia y te vas a ver sobreactuado.
Pablo Alejandro Alzate
Contenido@elempleo.com
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