Hace unos años, ir vestido de corbata a una entrevista de trabajo era prácticamente una obligación. No obstante, la visión del empresario ha cambiado y el uso de la corbata se ha venido replanteando en el mundo laboral, de hecho, ahora es normal ver gerentes vestidos en su día a día con zapatos, pantalón y camisa.
Jimena Sánchez, especialista en Recursos Humanos, dice que el hecho de no usar la corbata no debe confundirse con informalidad, es decir, tú puedes ir muy bien vestido a la entrevista de trabajo sin necesidad de llevarla puesta.
“El vestuario varía de acuerdo con el cargo al que estás aspirando. Aunque sea cual sea el puesto al que tú estás postulándote, lo mejor es que no vayas con tenis o con un jean roto. Esa forma no es la adecuada para presentarte a una entrevista”, asegura Sánchez.
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En muchas empresas el vestuario marca un límite, evita que la informalidad empiece a presentarse y pueda menoscabar la imagen de la compañía. Esto puede ser aún más relevante si en el trabajo se debe atender personal o se visitan clientes, por ejemplo.
No obstante, “la credibilidad no la da una corbata, la da la seguridad en las respuestas y en cómo la persona afronta la entrevista, y los conocimientos que tiene sobre el cargo. Pero, presentarse inadecuadamente vestido sí puede restarle puntos en el proceso de selección”, complementa Sánchez.
Nilsa Vargas Tellez, jefe de selección en Seguridad Selecta Ltda., afirma que el uso de la corbata depende de la cultura organizacional de la empresa, pero no debe ser un requisito indispensable.
“La corbata podría considerarse adecuada para ciertos cargos gerenciales en los que se quiere proyectar una imagen profesional madura, aunque es claro que esto solo es una primera impresión de todo lo que abarca el perfil profesional de cualquier aspirante”, agrega Vargas.
Hay algo fundamental, independiente de si tú aspiras a un cargo operativo, administrativo o gerencial: la pulcritud. Esta cualidad es indispensable.
De igual manera, es importante que el aspirante investigue sobre la cultura organizacional de la empresa y así sabrá cómo puede ir vestido a la entrevista; los reclutadores notarán eso y lo valorarán.
“Tanto hombres como mujeres no deben usar colores llamativos, tampoco presentarse sobrecargados en prendas o accesorios. Y menos, llevar ropa demasiado ajustada”, puntúa Vargas.
Finalmente, Mario Felipe Ramírez, consultor empresarial, aconseja que “siempre es mejor hacer uso del marketing personal. Estamos en una sociedad en la que todo entra por los ojos, por eso, es mejor usar y aprovechar los prejuicios en forma correcta”.
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Pablo Alejandro Alzate
Contenido@elempleo.com
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