Los procesos de selección no siempre son cortos, algunos se pueden tardar de tres a seis meses y por eso es importante que el candidato tenga claro a qué se enfrenta y pueda estar en contacto con los reclutadores para tener una retroalimentación de cada etapa superada.
“También, es importante que no se desespere mientras espera la retroalimentación del proceso y al tiempo puede seguir la búsqueda activa de una nueva oportunidad laboral. El mercado se mueve todo el tiempo y hay que evaluar cada opción, teniendo en cuenta qué trabajo es y si se adecúa a las motivaciones personales del candidato”, explicó Alejandro Paz, gerente de Healthcare & Life Sciences. Supply Chain Divisions de Michael Page.
Así mismo, se puede preguntar, ya sea a la empresa o al ‘head hunter’, cuáles son las etapas del proceso y los tiempos que se demoraría cada una, para tener mayor claridad.
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“Si el proceso es de media o larga duración es recomendable informar a los candidatos los pasos y la planificación si se quiere mantener ‘vivo’ al postulante. Por otra parte hay que tener en cuenta que este debe ser transparente, así las personas sabrán en qué fase se encuentran y podrá mantener el interés y la motivación en la vacante”, complementó Teresa Morales, directora general Softland Capital Humano.
Es vital que el candidato estudie muy bien a la compañía a la que quiere ingresar,para obtener más detalles de la oferta.
“Un proceso de selección que le interese a un candidato debe asumirse con plena consciencia y detalle. Saber todo lo posible de la empresa contratante es muy importante, pero comúnmente hay procesos en los que no se le dice al candidato el nombre de la compañía en aras de la objetividad y la transparencia. Ahí entra en juego la consistencia del candidato, pues debe ser auténtico y siempre veraz”, señaló Fabio Zapata, director de Experis, la empresa de ManpowerGroup dedicada a talento ejecutivo y de IT.
¿Llamar o no?
En el caso en que el proceso tarde mucho tiempo, algunos optan por hacer una llamada de seguimiento a Recursos Humanos o a los encargados de la contratación, pero esto puede ser malinterpretado por las empresas.
“Es pertinente preguntarle al reclutador al inicio del proceso si se puede tener comunicación activa. En el caso de que no y si definitivamente no hay respuesta después de un tiempo prudencial, una llamada de seguimiento no se ve mal visto”, indicó Paz.
Pero Zapata agregó que una mala idea es “tratar de averiguar y de influenciar en el proceso a través de terceros. Eso genera ruidos y un mal resultado”.
Ten confianza en tí mismo y aprovecha cada etapa del proceso para analizar que puede estar fallando en ti o en los demás.
“Hay que identificar las falencias que se tienen y trabajar sobre ellas para reiniciar un proceso sin sesgos. Así sea en otra empresa, los motivos pueden ser dispares y diversos. La falla puede presentarse desde la creación del perfil, las expectativas que estoy generando en el proceso, la situación del mercado, ajuste salarial y el clima interno. Así que prepárese y haga los ajustes necesarios”, puntualizó Morales.
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