Todo empleado aspira a cumplir las funciones y metas que se le han asignado en su trabajo, pero la situación se complica cuando encuentra en su oficio su única preocupación y satisfacción.
Este es uno de los síntomas del ‘workaholic’ o adicto al trabajo, ya que trabaja –involuntariamente- sin descanso, pues para él siempre hará falta un poco más de esfuerzo y mejores resultados.
¿En qué piensa una persona con este trastorno?
Según Iris Luna, M.D psiquiatra de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, estas personas “sienten una necesidad exagerada de estar trabajando y en el instante en que no puedan seguir haciéndolo, pueden sentir ansiedad, depresión o irritabilidad”.
“Es un trastorno donde existe una actitud compulsiva e involuntaria de continuar trabajando. Viven aislados y abducidos por lograr un excelente rendimiento, ya que esto es lo que les da mayor satisfacción; suelen ser perfeccionistas y exigentes con los demás, a tal punto de no ser capaces de retroalimentarse ni aprender de las personas que tienen alrededor o que no están vinculadas al trabajo”, explica la psiquiatra a elmpleo.com.
Los cinco grandes distractores en las oficinas
¿Cómo es el perfil de un adicto al trabajo?
Para ellos, el trabajo es el centro de sus vidas y tienden dejar de lado otras actividades con familiares o amigos. Algunos comportamientos comunes de los 'workaholics':
- Se llevan trabajo para la casa
- Durante vacaciones no suelen descansar
- Permanecen conectados al trabajo durante fines de semana
- CUando no hay conexión a internet se pueden desesperar
Un ‘trabajólico’ suele hablar y exponer temas laborales todo el tiempo, no da espacio a otro tipo de conversaciones y frecuentemente encuentra aburridos otro tipo de temas. Aquí es donde más se afectan las relaciones con sus conocidos y se aíslan, pues en “tiempos de ocio se alejan de reuniones con familia o amigos, se ven desconectados y no prestan atención a charlas que no sean de un ámbito estrictamente laboral”, afirma Luna.
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En el trabajo se suele destacar por ser aquella persona que hace hasta lo imposible por rendir al máximo, labora más de las horas estipuladas, se obsesiona con incrementar logros y éxitos, y es incapaz de rechazar proyectos o clientes, así le implique sacrificar su descanso o tiempos libres.
La obsesión por el trabajo pudo generalizarse en el siglo 20
Según la experta consultada, este trastorno puede tener un origen cultural. Es posible que esta tendencia se deba a la importancia que toma el trabajo y la alta productividad después de la Revolución Industrial, momento donde la sociedad empieza a “designar un elevado valor al prestigio, la posición y alto rendimiento laboral”, comenta Luna.
Las consecuencias de no parar y descansar
Aunque los empleadores pueden sentirse satisfechos con este tipo de empleados por sus buenos resultados, las familias son aquellas que sufren más. “Los adictos al trabajo llegan a descuidar su salud, ya que no se alimentan bien, se exceden con el café, no realizan ejercicio y pueden optar por el cigarrillo, alcohol o estimulantes como la cocaína”, afirma Luna.
Además, hay otros problemas como la caída del cabello, presión arterial alterada, problemas gástricos e insomnio.
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¿Cómo tratar esta 'adicción'?
“Muchas de estas personas necesitan tratamiento psicológico y otras veces, del psiquiátrico; lo común es que lleguen a las consultas por las consecuencias que ha traído esa manera de relacionarse con el trabajo, tales como los trastornos de sueño, depresión o ansiedad”, comenta Luna.
Si crees que eres adicto al trabajo o conoces alguien con este perfil, la invitación es a que reevalúes las prioridades en tu vida, no olvides a tu familia, amigos o pareja. Debes relacionarte de manera más sana con tu trabajo y no depender emocionalmente de él; aunque es necesario, puedes estar perdiendo relaciones y tiempo valioso con tus seres queridos.
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*Los resultados de este cuestionario no representan un diagnóstico profesional
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