El líder, ese personaje de negocios, política, cultura y ciencia, que mueve multitudes y es agente del cambio, que anima y entusiasma, está incompleto sino es capaz de renunciar a paradigmas o clichés y plantear escenarios que visualicen el mañana.
A un directivo, por más integral que se considere, jamás le puede faltar la intuición para suponer lo que quizá ocurra, con lo cual ahora más que nunca se necesitan hombres y mujeres que vayan más allá de la planeación estratégica.
La ruta para competir en este mundo cambiante y cada vez más complejo, sumergido en la sociedad de la información y expuesto permanentemente a los avances tecnológicos, no puede ser otra que el scenario planning (planeación por escenarios), advierte Ángel Díaz de la Organización de las Naciones Unidas, quien con Astrid Ruiz Thierry, señala que los líderes políticos, por ejemplo, se fundamentan en el pensamiento único.
¿Está superada la tradicional planificación estratégica, tan de moda en épocas pasadas? Aunque no totalmente, sí resulta insuficiente, señalan las especialistas, tras advertir que no sirve para cumplir con los nuevos papeles, toda vez que se limita a un horizonte temporal de tres años.
Adicionalmente, su finalidad es producir un sistema equilibrado cuyos objetivos intenten minimizar las inseguridades y dependan de unas entradas cuantitativas centradas en el rendimiento pasado y en las previsiones de un futuro predeterminado.
Mientras los escenarios tienen un horizonte temporal de entre cinco y 25 años, buscan alternativas hipotéticas de futuro desde un planteamiento técnico y transversal, lo que implica una cultura impregnada por el simbolismo y se desarrollan en función de entradas cualitativas que hacen énfasis en temas como economía, tecnología, recursos y necesidades culturales.
Las falsas ideas
Para Michel Godet, autor del libro ?Empleo: la gran mentira? y de múltiples publicaciones, los líderes deben superar los paradigmas que bloquean la visión del futuro.
Hay a quienes les da miedo aventurarse, pero el mañana no está escrito, es incierto, y en un contexto globalizado, en permanente evolución, es clave visualizarlo y anticiparlo, agrega.
Según su teoría, hay cinco posturas frente al futuro a las cuales los líderes están expuestos:
1. Pasiva: el avestruz que ?entierra la cabeza en la arena?.
2. Reactiva: el bombero que espera que se declare el fuego para combatirlo.
3. Pre-activa: el que se prepara para el cambio previsible porque sabe que la reparación es más cara que la prevención.
4. Proactiva: el conspirador que actúa para provocar los cambios deseados.
5. Actitud proactiva: Anticiparse a los acontecimientos. Aunque no es la más común sí es la más necesaria.
El problema es que no es fácil arrojarse a la incertidumbre, toda vez que el futuro no tiene estadísticas que son las escuderas de los gerentes y administradores.
Sin embargo, según Godet, "ante el futuro, el juicio personal es, muchas veces, el único elemento de información disponible. Cuando una empresa tiene dificultades, no sirve de nada buscar culpables en la tecnología, o la competencia, y tampoco la solución está en los subsidios. Todo se explica, en la mayoría de los casos, por la falta de calidad de gestión, por su incapacidad de anticipar, innovar y motivar a las personas".
En los negocios contemporáneos no hay espacio para la pasividad, dado que los mercados cautivos perdieron vigencia y cada día la tecnología viene acompañada ...
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