Son bastantes en el mundo, y más en los países en vía de desarrollo, quienes están sometidos por la productividad, la competitividad y las metas corporativas, conceptos que se han convertido en comunes denominadores del entorno laboral.
Ellos son los adictos al trabajo: los hay por gusto o por obligación e incluso por la necesidad de escapar a dilemas diarios, afirma la sicóloga organizacional y docente universitaria Cristina Rico Carroll, quien ha elaborado un catálogo de causas frecuentes para este problema.
Muchos directivos y ejecutivos de alto nivel, y hasta recién egresados de las mejores escuelas de negocios, pretenden obtener reconocimiento social, anhelan poder, buscan un empleo como refugio de sus problemas o son demasiado exigentes con ellos mismos y con los demás.
En síntesis quieren ser exitosos de la noche a la mañana, pero cuando llegan a la cima, todo les parece insuficiente.
La primera víctima es la familia. No se comparte con los hijos ni con la pareja, y se incorporan justificaciones lejanas a la realidad. ?si gano lo suficiente y tengo éxito, mis hijos vivirán bien?, suelen decir.
Pero la psicología y los estudios sobre el impacto de la adición al trabajo señalan lo contrario. Sin la atención suficiente de los padres, los menores generan resentimientos, se consideran indeseados y terminan con problemas de personalidad o víctimas del alcoholismo y la drogadicción.
Darles todo a los hijos no es la solución, afirma la socióloga Ángela Marulanda, quien en sus diferentes conferencias sobre trabajo y familia advierte sobre la necesidad de reclasificar los valores impuestos por la sociedad de consumo.
Para Barbara Killinger, ?Workaholics: The respectable addicts?, la adicción al trabajo es una de las pocas que aún se considera ?respetable? en la cultura contemporánea y cada vez más común en la sociedad.
Y explica: ?como cualquier otra adicción, puede afectar a la salud y a la vez provocar problemas en la familia, causando así grandes dosis de ansiedad y depresión. Sin embargo es considerada todavía como un rasgo positivo, aun cuando el resultado sea un estilo de vida nocivo?.
En su libro, Killinger, con años de experiencia en el tratamiento de este tipo de problemas, se refiere a tres aspectos fundamentales:
? Se trata de una patología muy poco comprendida y menos estudiada, pero que puede afectar gravemente la vida de las personas.
? Tiene como origen la obsesión por obtener aprobación y éxito a través del ejercicio del poder y del control.
? Existen estrategias para recuperar el equilibrio interno y restablecer una calidad de vida más saludable, tanto en el trabajo como en el hogar.
Todo por la plata
¿Se justifica sacrificar la familia y la salud por los nuevos paradigmas laborales?
Lo importante, dicen los expertos, es lograr un equilibrio adecuado, aprender a separar el mundo de la oficina del personal, establecer prioridades en la vida y manejar apropiadamente el recurso más valioso: el tiempo.
Eso lo saben los líderes exitosos y muchos de ellos lo aplican en su vida diaria.
?Hay que aprender a retomar el vínculo afectivo con la familia y los amigos, volver a disfrutar del juego con los hijos, el cariño de la pareja y la diversión de una reunión entre amigos. No vivir el trabajo como algo personal sino saber que es sólo un medio para vivir?, advierte la sicóloga Rico Carroll.
Nadie - afirma esta experta - desconoce que en el mundo contemporáneo de los negocios es vital compet...
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