Los balances con muchos ceros agregados a la derecha generalmente provocan sonrisas entre los ejecutivos y, aún más, en las juntas directivas, pero no siempre el P&G o estado de pérdidas y ganancias favorable genera satisfacción personal.
Algunos ejecutivos terminan sus jornadas con altas dosis de estrés y con una acumulación de preocupaciones hacia el futuro inmediato que opacan los niveles de satisfacción por la sumatoria de dividendos.
Y ahí es cuando surge la pregunta: ¿es usted un ejecutivo feliz? Daniel Goleman, autor de varios best seller, entre ellos La Inteligencia Emocional, sostiene que los buenos resultados no se pueden obtener a cuesta de todo.
Es posible que a la hora del balance, los números sean positivos pero en el recorrido pueden quedar muchas ?deudas? pendientes que posiblemente el tiempo cobre:
? Personal insatisfecho y desmotivado
? Ausencia de planes de carrera
? Recortes injustificados
? Trato inadecuado
? Gerencia autocrática
Aunque ese estilo de dirección es inviable en el mundo de los negocios contemporáneos, no es ajena a la realidad.
Una encuesta de la Universidad de La Sabana indica que las exigencias desbordadas por parte de los jefes se están convirtiendo en un nuevo sistema de acoso laboral.
?Ningún ejecutivo, por excelentes resultados financieros que presente, podría sentirse feliz en esas condiciones?, afirma el director del Instituto Latinoamericano de Liderazgo, Jorge Yarce Maya.
En ese sentido, el lema del fin justifica los medios no tiene cabida y se constituye en el corto, mediano y largo plazo en el peor enemigo de las corporaciones y, posiblemente, en la causa futura de su extinción.
Goleman y su equipo de asesores desarrolló, fruto de sus investigaciones, las siete S de la persona competitiva y feliz.
1. Saludable: cuida su salud, se ejercita y alimenta adecuadamente para contar con la energía requerida en su trabajo intelectual, emocional y físico.
Realiza un chequeo médico frecuente para prevenir y atender cualquier potencial afección. Está lleno de vitalidad y contagia energía.
2. Sereno: gerencia las respuestas emocionales que generan sus sentimientos y estados de ánimo.
Es firme cuando lo requiere, pero emplea autocontrol, paciencia y tacto en su actuar. Evita arranques de ira que afecten sus relaciones humanas.
Disfruta de la tranquilidad y domina técnicas de autorelajación.
3. Sincero: actúa en sus conversaciones y acciones basado en la ética, honestidad y justicia. Es abierto para expresar sus puntos de vista, empleando su verdad asertiva y respetuosamente, con franqueza y firmeza pero con consideración.
4. Sencillo: se maneja en sus relaciones personales y profesionales con humildad y simplicidad. No deja de saber su valor y sus logros, pero reconoce que puede aprender de los demás y que sus éxitos se los debe a otras personas.
Evita los lujos excesivos, pues sabe darle el justo valor a lo material, dentro de un clima de abundancia y prosperidad.
5. Servicial: emplea el poder de la retribución y del servicio para llegar dentro de las necesidades de otros, haciéndose cargo de las inquietudes de quienes le rodean en su familia, trabajo y vecindad. Ve al servicio como algo honroso y valioso para su vida y la de los demás.
6. Simpático: es cortés, amable, educado, evita los vicios comunicacionales del cinismo, sarcasmo, burla, humillación, discriminación, generalización...
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