29 de enero de 2016
Las empresas y personas que no se adapten a los cambios del mundo dejan de ser competitivas. Esa dura realidad obliga a llamar al liderazgo y a entender los nuevos retos como una característica ineludible de estos tiempos.
William Ramos, quien durante 17 años se ha dedicado al estudio y desarrollo de la inteligencia del liderazgo y su relación con la productividad, explica cómo ha cambiado el acceso a los mercados y las ofertas laborales.
“Hoy la oferta de empleo dejó de ser local. Desde cualquier dispositivo y desde cualquier lugar del mundo un joven tiene acceso a la oferta de empleo. Ayer, un empleado podría considerar entrar a una empresa para permanecer allí el resto de su vida; hoy no”, asevera.
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Ramos aclara que eso “No significa que las nuevas generaciones no puedan encontrar un lugar para desarrollar todos sus talentos, pero también dependerá esto de la oferta interna que las empresas puedan tener. El ser humano necesita progresar y si los empleados encuentran lugares de trabajo que les reten y les hagan sentir útiles y líderes, que sean ejemplo e inspiración, el tiempo podría pasar a un segundo plano”.
¿Las empresas buscan clientes para toda la vida?
“Sin duda, las nuevas generaciones se han convertido en grupos menos confiados, por los múltiples escándalos de algunos de los representantes más visibles de nuestra sociedad (…) Hoy los jóvenes están vinculados por las redes sociales y la alta tecnología, que les permiten construir relaciones desde cualquier rincón del mundo. Cuando hablo de clientes para toda la vida, estoy haciendo referencia al uso de valores humanos que construyen relaciones y lealtad, valores universales propios del ser humano y necesarios para su existencia segura”, complementa Ramos.
En el futuro el liderazgo de una persona será vital para conseguir mejores trabajos. No todos poseen esa cualidad. Sin embargo, se debe acabar con la idea de que esto es algo que se aprende en poco tiempo y que no requiere esfuerzo.
“El trabajo para crear cultura de liderazgo exige primero dejar de pensar que el liderazgo es un seminario de ocho horas y elevarlo a la calidad de un valor organizacional y desde allí a una estrategia que desarrolle a mediano y largo plazo las competencias necesarias para unificar creencias, comportamientos y valores únicos que funden a un equipo humano”, agrega Ramos, quien cuenta con estudios en Gerencia de Mercadeo, Liderazgo y Coaching.
A formar mejores líderes
¿Qué le falta a Colombia para formar mejores líderes? Según Ramos, la responsabilidad es de la Academia, pero también existe un compromiso en los colegios y universidades por “dejar de hablar de liderazgo como un grito de motivación humana y convertirlo en acciones. Acciones como la creación de empresas, el trabajo por la conservación del planeta, la investigación, etc.”.
Somos el reflejo de casa
“El liderazgo, es decir, esa capacidad de dirigirnos o dirigir es al final el resultado de una suma de valores profundos que sin duda se aprenden en la familia. Allí comienza la formación de los líderes. La otra fuente de formación de líderes está en la Academia cuando se tiene conciencia de que formar líderes exige tener conciencia de liderazgo. El liderazgo se estudia porque tiene que ver con el se...
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