Por David Wigoda Rinzler
Gerente General Suratep
La Seguridad Social, como instrumento para el desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, implica para los actores de la misma, una serie de obligaciones, que de no ser cumplidas generan múltiples consecuencias, todas ellas nefastas en el devenir de la actividad productiva del País.
El Sistema de Seguridad Social consagra amparos para la enfermedad general y la maternidad, a través de lo que conocemos como Sistema de Salud, así mismo establece la cobertura para la pensión de vejez y la de invalidez derivada de enfermedad o riesgo común a través del Sistema de Pensiones, da a su turno cobertura para las consecuencias derivadas del accidente de trabajo y la enfermedad profesional, mediante el Sistema de
Riesgos Profesionales y finalmente establece un Sistema de cubrimiento complementario diseñado para riesgos catastróficos.
Nuestro Sistema de Seguridad Social se encuentra en pleno desarrollo y su estructura constituye una novedad en el contexto mundial, la mezcla plasmada en la Constitución de que sea el Estado en asocio con los particulares quienes operen los diversos ámbitos de ella, hacen que cada vez más el compromiso frente a las instituciones sea una responsabilidad de todos los habitantes del País, las épocas de paternalismo, alrededor de una institución que garantizaba todas las coberturas de la Seguridad Social, y donde no había doliente alguno, y específicamente donde la demanda de prestaciones poco claras, acompañada de una gran evasión de aportes, hacían una mezcla explosiva con una corrupción de tal magnitud que amenazó la supervivencia de la entidad, terminó con el nuevo propósito del Estado social.
Todos aquellos vicios provenientes de una vieja tradición de indolencia y falta de respeto por la Ley, empiezan a ser superados al encontrarnos con un nuevo Sistema, que de un lado tiene empresarios comprometidos y a quienes les duele la dilapidación de los recursos, pero al mismo tiempo unas herramientas jurídicas que por ahora en el papel, se constituyen en un instrumento de gran valía en el ordenamiento del Sistema y en ejemplar castigo de las conductas contrarias a derecho.
Nuestro Sistema, merece la mirada inquieta de la comunidad internacional, polarizada entre lo Estatal de carácter intervencionista y el esquema privado con amplio sesgo capitalista, todo porque aun con los ajustes a que haya lugar, su funcionamiento muestra indicadores positivos en temas como ampliación de cobertura y avance técnico científico, todos ellos reconocidos aun por los más escépticos, no creemos que sea
necesariamente el esquema ideal, ni pretendemos llegar en corto tiempo a estándares como los de Nueva Zelanda que tiene un sistema absoluto de cobertura, sin importar el origen de la contingencia y obviamente sin existir responsabilidad civil patronal, es decir, lo que sucede lo asume el Estado, así de simple, ello comporta una carga impositiva fuerte pero al parecer eficientemente manejada; este Sistema de Seguridad Social, merece mayor atención por los estudiosos, porque la Ley es de 1974, con algunas modificaciones no sustanciales en 1992 y es tiempo suficiente para avizorar su conveniencia o inconveniencia.
La Evasión y Elusión fenómenos actuales:
Las importantes conquistas de la seguridad social se ven amenazadas por fenómenos múltiples y de tal magnitud que se constituyen en verdaderos elementos que podrían llevar al traste lo conseguido hasta la fecha, de tales hechos destacamos la evasión y la elusión, fenómenos que afectan como un cáncer agresivo las estructura financiera del Sistema y que de no ser controlado generará su colapso en algún tiempo.
La cultura de la trampa, del...
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