El desgaste laboral es un problema grave y por ello lo hemos colocado como el tema principal de nuestro libro, La verdad sobre el desgaste (The Truth About Burnout). Ahí rechazamos la idea de que cuando un trabajador sufre desgaste, él es el único responsable de su fatiga, su rabia y su actitud de "nada me importa". Hay casos en los que la responsabilidad recae sólo sobre la organización. El desgaste laboral es sintomático de una severa disfunción dentro de la empresa y habla más sobre el sitio de trabajo que sobre el empleado.
Apoyado en extensas investigaciones, el libro cuestiona los lugares comunes y se enfoca en describir, predecir y aliviar el problema. Ofrece a trabajadores, gerentes y líderes en las compañías lineamientos y estrategias para erradicar las verdaderas fuentes del desgaste. Propone un nuevo paradigma de salud para la organización y sugiere medidas específicas de cura. Estas medidas requieren de la colaboración de todos los empleados en la empresa y del apoyo sustancial de la gerencia.
Dos casos
Aunque gran parte de la investigación se realizó en empresas de sectores tradicionales, el desgaste laboral es también un problema en industrias emergentes, como las del sector de Internet. A continuación, presentamos algunos ejemplos:
Tomás es un programador de una empresa punto-com recién creada (start-up), que tiene a su cargo una parte fundamental de la operación. Recibe un buen sueldo y goza de respeto en su trabajo.
Convencido de que Tomás va camino al éxito, Pedro, el CEO (Presidente Ejecutivo) de la empresa, decide volverse su guía y maestro. Establece con él una relación cercana. Cada semana dedica tiempo para hablar con Tomás sobre el negocio, el reto de enfrentar la presión de los inversionistas y adivinar los variables gustos de los consumidores.
Tomás descubre que puede mantener una relación productiva con su trabajo y pasar horas sin sentirse cansado. Ser parte de un equipo de personas que respeta y le caen bien lo mantiene incentivado. Se identifica con un proyecto que representa significativos avances para la industria de programación. Siente que contribuye a un propósito que dejará su marca en la industria.
¿Estamos ante un candidato típico para el desgaste laboral? No, de hecho no lo es. Para explicar por qué, comparemos a Tomás con alguien diferente.
Jaime también trabaja largas horas. Fue reclutado por una agencia de publicidad en Internet, que diseña sofisticadas herramientas multimedia para consumidores que se conectan desde su casa. Su jefe reconoció el valor de Jaime en cuanto lo contrató y manifestó su intención de ayudarlo a salir adelante. Pero la relación entre ambos es tensa. Mucho antes del plazo establecido por el plan de negocios para lograr ventas significativas, el jefe de Jaime comenzó a cuestionar las capacidades de los empleados. Como programador, Jaime no tiene ni idea sobre la operación financiera de la empresa; sus compañeros, tampoco. Todos se sienten incómodos en su relación laboral. Cuando se reúnen, hacen constantes bromas a costa del jefe y de la empresa.
Jaime experimenta el desgaste laboral, mientras que Tomás experimenta un compromiso laboral.
¿Qué es el desgaste?
Los dos estados descritos arriba se encuentran en los extremos opuestos de un continuo con tres áreas: energía, involucramiento y efectividad.
Del lado de Tomás hay un compromiso con el trabajo. Está lleno de energía, se involucra con el trabajo y con la gente y se siente útil. Se trata de una relación laboral positiva y productiva. Tiene sentido para Tomás y para la empresa.
Por el contrario, en el extremo de Jaime existe desgaste. Está exhausto, apático ant...
Comentarios