Los accidentes o las enfermedades relacionadas con el trabajo son muy costosas y pueden tener consecuencias graves, tanto directas como indirectas, en las vidas de sus trabajadores y sus familias.
Para los trabajadores, una enfermedad o un accidente laboral suponen además del dolor y el padecimiento de la lesión o la enfermedad, la pérdida de ingresos, la posible falta del empleo y los gastos que acarrean la atención médica, entre otros costos.
Sin embargo, las enfermedades o los accidentes laborales pueden tener costos indirectos tan altos que a menudo son difíciles de calcular. Uno de ellos es el padecimiento humano que se causa en las familias de los trabajadores, que no se puede compensar con dinero.
Se estima que los costos de los accidentes laborales para los empleadores también son enormes. Por ejemplo, en una pequeña empresa, el gasto de tan solo un accidente puede suponer una crisis financiera.
Algunos de los costos que deben asumir éstos son el tener que pagar por un trabajo no realizado y por tratamientos médicos e indemnizaciones la reparación o la sustitución de máquinas y equipos dañados, entre otros.
Además, están la disminución o interrupción temporal de la producción, el aumento de los gastos en formación y administración y la posible disminución de la calidad del trabajo. Y, dentro de los costos indirectos para los empleadores se pueden relacionar la sustitución del trabajador enfermo o lesionado y el tiempo que se invierte en capacitar a quien será su remplazo.
Por otro lado, las malas condiciones sanitarias y de seguridad en el lugar de trabajo también pueden influir negativamente en la imagen pública de la empresa.
¿Y los gastos?
En el país, los costos estimados de los accidentes y enfermedades laborales pueden ascender al 3 ó 4 por ciento del producto interno bruto nacional.
En realidad nadie sabe realmente el precio total de los accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo porque, además de los costos directos más patentes, hay multitud de costos indirectos que es difícil evaluar.
Esta es la razón para que tanto empleadores como trabajadores se esfuercen en mejorar las condiciones de salud y seguridad y controlen los riesgos en el lugar de trabajo, siempre que sea posible.
Se calcula que al año se producen en el mundo 120 millones de accidentes laborales y que 200.000 de ellos ocasionan la muerte.
El número de accidentes mortales de los países en desarrollo es muy superior al de los países industrializados, debido a la existencia de mejores programas de salud y seguridad, la mejora de los servicios de primeros auxilios y médicos, y a la participación activa de los trabajadores en la adopción de decisiones sobre los problemas de salud y seguridad.
Algunas de las industrias que tienen en el mundo el riesgo más elevado de accidentes son: la minería y la agricultura.
Tipos de riesgos
En casi todos los lugares de trabajo se puede hallar un número ilimitado de riesgos. En primer lugar están las condiciones de trabajo inseguras, como las máquinas no protegidas, los suelos deslizantes o las insuficientes precauciones contra incendios.
Pero, también hay distintas categorías de riesgos insidiosos (es decir, los que son peligrosos pero no son evidentes), como los químicos -a que dan lugar líquidos, sólidos, polvos, humos, vapores y gases - y los físicos como los ruidos, las vibraciones, la insuficiente iluminación, las radiaciones y las temperaturas extremas.
Además de estos, se encuentran los biológicos como bacterias, virus, desechos infecciosos y las...
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