18 de febrero de 2016
“La personas suelen sentirse motivadas a través de las capacitaciones, no solo porque la formación les ayudará a tener un mejor desempeño, sino porque el conocimiento y capacidades que adquieran en la mayoría de los casos trasciende el ámbito de la empresa”, puntualiza Maurimar Briceño, jefe de Desarrollo en Adecco Colombia.
Si bien la formación del talento humano es un aspecto esencial en todas las compañías, la capacitación bien dirigida fortalece varios aspectos: mejora la relación empleado-empresa, genera mayor estabilidad e impulsa a ser mejor.
Otras ventajas al gestionar el conocimiento de las personas previene posibles ‘zonas de confort’ en los trabajadores, porque permite su migración a diferentes áreas y esto redunda en mayores posibilidades de crecimiento profesional.
“La capacitación aumenta la confianza de los colaboradores favoreciendo la toma de decisiones y resolución de problemas, permite el logro de metas individuales, incrementa la satisfacción con las actividades que se realizan con el cargo, ayuda a la formación de líderes y mejora la comunicación entre los equipos de trabajo, lo que sin duda, incrementa la productividad laboral”, menciona Briceño.
Puntualmente, para determinar qué necesidades tiene el talento humano en materia de formación se llevan a cabo herramientas como evaluaciones anuales de desempeño, estudio de clima organizacional e información específica solicitada por jefes de área.
De igual forma, cada capacitación debe tener una validación de los conocimientos requeridos y contar con un formador interno, especialmente en áreas técnicas, que pueda trasmitir su conocimiento a nuevos o miembros actuales de la organización en habilidades propias que no se encuentran en el mercado.
Los enfoques de la capacitación
“Las capacitaciones deben estar orientadas a cerrar brechas entre lo requerido por el puesto, los conocimientos y competencias que tiene el colaborador, es decir que los temas de cada capacitación deben estar alineados con las necesidades puntuales que requiere la organización y sus colaboradores”, manifiesta Briceño.
La experta también insiste en que toda capacitación debe estar encaminada a alcanzar los objetivos de la compañía, incluso debe ser concebida como un medio y no como un fin para alcanzar los resultados esperados.
“No debe ser considerada como un requisito por cumplir, sino que debe ser valorada como un proceso continuo que consta como mínimo de las siguientes fases: detección de necesidades, diseño del plan de formación, evaluación de la capacitación y de los colaboradores, medición y toma de acción según los resultados”, asegura.
Redacción Elempleo.com
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