Se deben fijar metas, crear planes puntuales para lograrlas, asignar y supervisar los recursos y establecer funciones y responsabilidades por áreas.
“Lo más importante es tener una base de objetivos equilibrados, para ello es necesario conocer la realidad del negocio en todos los aspectos”, recalca Manuel García, experto en temas organizacionales y laborales.
Para cumplir este propósito es conveniente analizar la compañía desde dos esferas:
- El capital humano (activo principal), qué capacidad tiene, nivel de compromiso y su aporte a la empresa.
- El mercado al que se enfrenta, oportunidades que pueden encontrarse y lo necesario para conseguirlas.
Por ejemplo, tomar variables que no representen la realidad y pensar que el mercado es mayor del real no contribuye a lo planteado en los objetivos, menciona García.
Para tener en cuenta
El experto asegura que una vez se tenga un mapa definido, deben marcarse hitos a conseguir mensualmente y de allí empezar a generar planes de acción para lograrlos.
Asimismo, el seguimiento es vital para garantizar la consecución y permite tomar decisiones preventivas y correctivas.
La clave del éxito
De acuerdo con García, los buenos resultados se fundamentan en dos pilares:
- Flexibilidad para aprovechar las oportunidades que se presenten y adaptarse a los cambios.
- Dinamismo para comprender que el plan nunca se va a desarrollar tal como se planteó. Las personas que mejor se acoplan a estas condiciones y saben gestionarlas son quienes triunfan.
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