En las empresas el tema de los cambios es muy común, pues estos se presentan de muchas maneras, desde las reestructuraciones y fusiones, hasta otros que pueden parecer ser menos impactantes como el de un jefe o de imagen corporativa.
"Realizar un proceso de transición es todo un reto para cualquier empresa y para las personas que la dirigen, empezando desde la planificación hasta la implementación de los nuevos procesos" comenta Susana Mérida Posada, consultora de DBM El Salvador.
Por tal razón, es fundamental tener en cuenta que este tipo de procedimientos afecta principalmente a su recurso humano, ya que son las personas las que tienen que ejecutar los cambios y de ellas dependerá el éxito de los mismos.
No se puede esperar que una persona, y menos un grupo grande, sepan manejar las nuevas situaciones de trabajo de un momento a otro, ya que la velocidad con que se adelante el proceso de adaptación dependerá de cuánto impacta al individuo y cómo reacciona emocionalmente la persona a dicha variación.
Las tres fases de un cambio exitoso
La primera etapa de adaptación para que el cambio se de sin alteraciones es la finalización; donde el individuo apenas asimila y aprende en qué consiste el cambio. En esta etapa se puede sentir frustrado, confundido y algunas veces hasta molesto.
La segunda es de exploración; el colaborador comienza aceptar el cambio y quiere explorar el nuevo contexto al que se enfrentará.
La transición termina con la fase del nuevo comienzo; aquí el empleado puede ver la parte positiva del cambio, se siente entusiasmado por aprender y adapta a su cotidianidad la nueva estructura.
Según Posada, para que estas tres fases funcionen adecuadamente, la compañía debe diseñar estrategias de comunicación para que el personal comprenda y esté dispuesto a participar del éxito que lograrán con los cambios. Es importante elaborar una estrategia específica para cada una de las fases, y que se tomen en cuenta los sentimientos y dudas que van surgiendo; recordando que no todo el personal procesará el cambio a la misma velocidad.
De la mano de una buena estrategia empresarial para realizar cualquier acción que implique un cambio, es necesario apoyarse y trabajar la parte humana.
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