Durante mucho tiempo se pensó que alguien discapacitado nunca podría salir de su hogar para desempeñar un trabajo formal, tener una familia y realizarse como persona, sin embargo, la ciencia, los adelantos tecnológicos y, ante todo, la voluntad han permitido que los hombres y mujeres con alguna limitación ingresen a la plantilla de nómina de ciertas compañías.
Para la fisioterapeuta Martha Carrillo, después de un accidente donde la persona sufre graves daños físicos o emocionales, lo más difícil si queda con alguna secuela que le impida llevar a cabo normalmente sus actividades, es hacerle entender a la sociedad que ese individuo no está anulado como ser humano y que todavía le puede ayudar a los demás.
?En Estados Unidos, Canadá, Europa y Asia, los planes de recuperación están enfocados a desarrollar en la persona nuevas habilidades y destrezas que antes no conocía o no había utilizado. En otras palabras, el objetivo es sacar al exterior todo el potencial de ese ser humano, que por factores externos, sufrió un percance y, por tanto, debe cambiar sus hábitos y, lo más importante, debe explotar otros aspectos de sí mismo?, agrega.
Por su parte, María Alejandra Sanabria, sicóloga y catedrática universitaria, afirma que las personas que desde el nacimiento tienen algún impedimento visual, auditivo, emocional, mental o de locomoción son, por lo general, excelentes trabajadores, ya que su circunstancia hace que desplieguen al máximo lo que pueden dar los sentidos o las partes de su cuerpo que no están atrofiadas.
?Por ejemplo, si alguien es ciego, lo más probable es que su sentido del oído y el olfato estén desarrollados al máximo. Si una persona es inválida, por el contrario, el torso, los brazos y, en general, su condición física serán excelentes. Por estas razones, creo que en determinadas labores, las personas que tengan alguna discapacidad son trabajadores muy buenos, muy responsables y, lo mejor, es que no se rendirán fácilmente ante la adversidad?, concluye.
Un nuevo panorama
Algunas compañías no saben qué hacer cuando uno de sus empleados tiene un accidente, ya sea dentro de la empresa o en el exterior, ya que si las consecuencias le impiden continuar con su trabajo, la empresa debe tomar una decisión e intentar ubicarlo en una posición que esté acorde con su nueva condición.
Martha Cardozo, asesora en comunicaciones y desarrollo humano, afirma que el tema de riesgos profesionales no se reduce a pagar una indemnización si alguno de los empleados ha sufrido un accidente laboral, ya que en esos casos más que dinero, las personas desean apoyo y, ante todo, estabilidad para continuar con sus vidas y, por eso, el departamento de recursos humanos y el área de sicología de la compañía deben estar pendientes del empleado y de su familia.
?Antes cuando ocurrían accidentes en el lugar de trabajo, las aseguradoras y los mismos gerentes se limitaban a pagar a la familia los gastos de la operación, la recuperación y, dependiendo de las circunstancias, cierta compensación. Sin embargo, aunque esto se debe hacer no es suficiente; el empleado necesita apoyo emocional y, dependiendo de sus capacidades, su responsabilidad e historial en la compañía, se debería reubicar en otro departamento para no dejarlo a la deriva?, puntualiza.
Ejemplo a seguir
Desde que nació, Carlos Arturo Manrique es invalido y, aunque tuvo ciertas dificultades para continuar sus estudios universitarios no solo por su condición física sino por factores económicos, en diciembre de 1998 se graduó como economista. Seis meses después, entró a trabajar en una fiduciaria que confía plenamente en él, en sus capacidades y en lo que puede aportar a la entidad.
?Toda mi vida he tenido que luchar c...
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