A finales de agosto de 2020 voceros del Gobierno Nacional y local anunciaron que las restricciones se ‘suavizarían’ en septiembre, permitiendo que más personas pudieran trabajar y se diera gran parte de la reactivación económica. Después de cinco meses de cuarentena, se abrieron las puertas comerciales casi en su totalidad.
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El portal elempleo.com recogió experiencias de emprendimientos en distintos sectores económicos. La pandemia marcó una pausa y un fin para algunas empresas, pero un nuevo comienzo y reinvención para otras.
“Abrimos nuestras puertas un mes antes del caos. Por la pandemia cancelamos nuestra estrategia de inauguración”
Laura Rodríguez es la gerente ejecutiva de Cumbre Glamp, un hospedaje ecológico ubicado a 40 minutos de Bogotá que no pudo durar más de un mes en funcionamiento.
“Cumbre abrió sus puertas en febrero y gracias a la pandemia nuestra estrategia de inauguración se canceló; los eventos y compromisos con nuestros clientes fueron aplazados y las obligaciones económicas acarreadas por el montaje y la logística continuaron corriendo”, le contó Rodríguez a elempleo.com.
“El hotel genera empleo para la comunidad veredal donde se encuentra ubicado (Tocancipá), pero con la suspensión de ingresos y los gastos, tuvimos que reducir las actividades laborales de nuestros colaboradores sin desamparar sus necesidades básicas”.
Cumbre Glamp hizo frente a la adversidad ofreciendo promociones a sus clientes para que adquirieran el hospedaje a menor valor y con la posibilidad de ser redimido en fechas posteriores a la reapertura económica.
“Como un efecto dominó, esta situación afectó proveedores, empleados, clientes y familias”
Uno de los sectores más afectados por el covid-19 ha sido el de los restaurantes y bares. El restaurante bogotano El Viejo Bandoneón, especializado en productos a la parrilla, carnes importadas y nacionales, dejó de recibir clientes a principios de marzo.
La cuarentena “nos afectó directamente y de una manera abrupta, ya que nos vimos obligados a cerrar puertas en nuestras dos sedes y frenar por completo nuestra actividad económica; como un efecto dominó, esta situación afectó desde proveedores, empleados, clientes y familias”, reconocieron Lorena y Jonathan Triana, gerentes generales y cofundadores del restaurante.
“El golpe fue muy fuerte, ahora le apostamos a la virtualidad”
El preuniversitario Experiencia a la U, como el sector educativo en general, venía dictando sus clases presenciales con normalidad. “Pero con la pandemia tuvimos que cancelar clases hasta nueva orden. Por fortuna teníamos ya montados cursos de preicfes online y esperamos seguir en esa línea para que el negocio pueda continuar”, aseguró Carlos Casas, socio de este emprendimiento bogotano.
“La gente se dio cuenta de que la virtualidad es el futuro. Aunque con el fin de la cuarentena estricta también esperamos que se pueda retomar algo de la normalidad presencial, porque este sector ha sufrido mucho con el coronavirus”, agregó.
“Tres entidades diferentes nos dieron la misma respuesta: es un momento muy riesgoso para prestar dinero a empresas pequeñas”
En el suroccidente del país, la situación es similar. Aunque las ayudas y auxilios estaban sobre la mesa, fue difícil y, en ciertos casos, imposible acceder a estos beneficios.
Pablo Guzmán Illera, chef y propietario del restaurante Terra Inca en Popayán, dijo que “se finalizaron contratos de la mayoría del personal, sobre todo del área de mesa y bar. Solo quedó activa la mitad del personal de cocina”.
“Intentamos a acceder a los créditos que supuestamente abrieron, pero en tres entidades diferentes, la respuesta fue la misma, que era un momento muy riesgoso para prestar dinero a empresas pequeñas”, complementó el chef.
Terra Inca cerró totalmente su servicio el 19 de marzo y retomó actividades con domicilios el 5 de abril. En esa modalidad las ventas no superaron el 25% de lo que normalmente se lograba. Además, realizaron “cenas en casa vía Zoom”, con menús de degustación a sus clientes.
“Esperamos que la reapertura sea constante, esto para que no toque abrir y cerrar todo el tiempo”
Todavía conservando el uso del tapabocas y el distanciamiento social como principales medidas de prevención, algunos negocios abrieron entre controles de aforo, servicios, comensales y clientes limitados.
Ese es el caso de Javier Merchán, gerente general de One-side Clothes, empresa dedicada a la transformación y comercialización de productos textiles. Con una caída en ventas del 70% y el personal reducido a la mitad, este comercio reanudará actividades, pero fortaleciendo sus canales digitales.
Para Merchán, la empresa se sostuvo gracias a las ventas virtuales, por lo que considera, "indudable, que el papel del comercio virtual post-pandemia será importante para el comercio. Desde ya, estamos trabajando para la consolidación de un sistema virtual que nos permita competir".
Ante la incertidumbre del panorama, “esperamos que la reapertura sea constante, esto para que no toque abrir y cerrar todo el tiempo. La gente debe tener conciencia de que si no nos cuidamos, nos perjudicamos todos”, expresó el empresario.
“En este tiempo de confinamiento me alcanzó a ir muy bien, pero a ratos”
“Los tiempos en los que pude abrir el negocio me fue muy bien, no puedo decir mentiras. Pero muchos días no pude abrir por las cuarentenas estrictas en Puente Aranda (Bogotá) y eso me afectó. Me tocó negociar con el arrendador para que nos bajara el canón y seguir negociando otras cosas”. Así relata su experiencia Diana Acuña, dueña del negocio Mundo Cosméticos.
“A nuestro local le ha ido bien –comenta-, supongo que es porque las señoras están en las casas, tienen más tiempo para comprar productos de belleza y pueden arreglarse”, finalizó.
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Por: Juan David Castro
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