Sandra Pino Bacca
Instagram: @lapinocelebridades
Dicen los sabios que la felicidad está en hacer lo que nos gusta, eso que nos hace vibrar y nos dibuja una sonrisa en el rostro de satisfacción. Algo muy similar es la historia de Carlos Casadiego, un hombre de 41 años, quien labro su vida en medio del éxito y llegó en el mundo automotriz a ser director comercial de Volkswagen, donde trabajó hasta el año 2020, pues, en su interior no se sentía pleno, ya que desde hace años había soñado en tener una bella y saludable pastelería donde la gente pudiera disfrutar de los sabores sin remordimientos de conciencia.
Así que un día se armó de valor, renunció a su trabajo y la comodidad de su vida y se lanzó a crear este mundo de sabores que hoy lleva por nombre PARAMARTE. Un lugar de diseño cálido que te hace sentir en casa y olores que te trasportar al enorme placer que nos causa el disfrute de un buen postre, pizzas, quiches, brownies, empanadas y tortas.
Carlos es un hombre tranquilo y su esposa, Catalina, una mujer amorosa, dos ingredientes que a cualquiera hace sentir como en casa. Los dos grandes amores materiales de Carlos fueron siempre los carros y los postres, pero lo curioso es por qué no mezcló las dos cosas.
“Mi otra pasión es la comida, por los postres, por todo lo que tiene que ver con la buena mesa. Pero esta pasión por la cocina nace cuando tenía cinco años y en casa de mi abuela, en compañía de mis primos, descubrí que disfrutaba verla hacer preparaciones cada fin de semana cuando íbamos a su casa. Mi madre y mi tía también aportaron un poco a este gusto, sin embargo, no lo veían como una profesión, y hoy día soy el único de la familia que se dedica a este maravilloso oficio”, cuenta con emoción.
Feliz de materializar su sueño, hoy por hoy Paramarte le permite compartir de una u otra forma sus emociones y sentimientos, además de transmitir en cada uno de los platos la felicidad que siente al crear cada plato que prepara.
“Además cuento con la compañía, el apoyo y el respaldo de mi esposa Catalina, quien desde un principio me impulsó a crear y creer en este proyecto. Fue en medio de la pandemia y cuando muchas personas estábamos viendo cosas nuevas, incluso muchas empezamos una nueva vida, decidimos dar el gran paso”, agregó.
Lo cierto es que emprender no es nada fácil y un cambio de este tipo menos.
“Realmente emprender es muy duro. A medida que vas ejecutando tu proyecto te vas encontrando con diferentes obstáculos, encontrar la manera de optimizar los recursos, reunir y logra consolidar un equipo idóneo, adaptarse a largas jornadas de trabajo donde sabes a qué horas entras, pero no sabes a qué horas sales, siendo que venías adaptado a cumplir un horario y una jornada de empleado. Y es así cuando inicias un emprendimiento, es una tarea de 24/7, trabajo de domingo a domingo con jornadas extenuantes. Al momento de tomar la decisión hice un análisis financiero y observé que el negocio tenía unos márgenes interesantes. Más que buscar la rentabilidad, encontré que era un proyecto que nos generaría la oportunidad de dar crecimiento a más personas y a nosotros mismos. Así mismo, generaríamos la oportunidad de empleos e ingresos a varias familias. Sin lugar a duda, Paramarte es la oportunidad de desarrollarme como profesional en un negocio que realmente me encanta y me apasiona”, un analista financiero y con sentido estructurado del negocio.
Y si de rentabilidad se trata: “Sí. Con mi esposa compartimos las responsabilidades del hogar, y la parte que me corresponde a mí, proviene de la pastelería. Paramarte, aparte de proveer lo material, también me hace vivir lleno de alegría, sin duda alguna, todos los días eso me motiva a seguir, a vivir para hacer lo que realmente me hace feliz, estar tranquilo, y sí, se puede vivir de los sueños”.
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