Los procesos comunicativos en las organizaciones deben permitir reconocer que cada persona puede tener un punto de vista sobre las diferentes realidades que ocurren. Por tanto pretende enriquecerse la gestión a partir de la capacidad que tengan los miembros del equipo para escucharse, encontrar en el mensaje un contenido claro y preciso sin lugar a equívocos, afirma José Manuel Vecino, gerente de Job Management Vision y consultor empresarial.
Para este experto la comunicación entre los directivos y sus colaboradores debe ser fluida y en doble vía, es decir, que no se trata de mensajes unilaterales con órdenes a cumplir sino que favorezcan espacios de diálogo abierto, que enriquezcan la toma de decisiones.
Aunque no hay normas específicas que determinen la forma de relacionarse, para el empleado sí es determinante para decidir dónde desea trabajar, señala Diana María Rivera, consultora internacional en Habilidades Comunicativas en Ketchum Conexiones.
Rivera aconseja al directivo cuidar el tono de voz, pues ‘no es lo que me dijo sino cómo me lo dijo’, los gestos en función de la forma, las palabras que dice al comunicar (dirigirse al hacer y no al ser) y dónde y cuándo se las expresa al subalterno.
Lenguaje adecuado
La experta de Ketchum Conexiones destaca los aspectos que caracterizan a un gerente que se comunica asertivamente:
- Es claro, conciso y coherente en sus mensajes.
- Genera credibilidad, confianza, seguridad y empatía al comunicar.
- Posee la habilidad de escuchar de manera abierta y desinteresada.
- Impacta con sus palabras.
- Transmite con persistencia los mensajes clave y los combina con frases de poder para crear alta recordación en sus colaboradores y públicos.
- Acompaña el contenido con su voz y comunicación no verbal.
- Representa la emoción que corresponda con la situación que necesita transmitir.
Plantear un esquema
Es fundamental facilitar modelos en los cuales la intencionalidad de la comunicación coincida con la interpretación que hace el colaborador. Son muchos los casos en que la intención es malinterpretada y en vez de generar armonía, produce tensión y conflicto en la relación entre ambas partes, puntualiza Vecino.
Este modelo debe renovar los aspectos que puedan ser fuente de conflicto en el equipo de trabajo y la empresa, incluir reuniones formales e informales que promuevan la integración, reconocer y valorar la contribución de cada miembro y solucionar las dificultades.
Por tanto, el papel del gerente es proactivo, dinámico, propositivo y atento a las situaciones que ocurren a su alrededor, porque la buena comunicación es un factor de éxito en los resultados empresariales.
Viviana Ceballos
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