Escrito por: Ramón Chaux, psicólogo organizacional.
Un grave virus se está transmitiendo a través del Outlook. Sus efectos son peligrosísimos y altamente nocivos.
Acaba lentamente con cualquier sistema y su vacunación es difícil ya que, a diferencia de gusanos y troyanos, su propagación es lenta, progresiva y sus síntomas perniciosos solo suelen verse con los años e incluso pueden afectar la salud.
Como suele suceder con la mayoría de los bichos que atacan nuestros sistemas, este pasa inadvertido y aún en el mundo no ha sido descubierto, (ni está previsto que en muchos años suceda) un programa o antivirus que evite sus nocivos efectos.
Algunos de los síntomas son:
Su bandeja está llena
Su síntoma más frecuente suele reflejarse en un pequeño número a la derecha que indica la cantidad de mensajes sin leer: he visto cifras alarmantes como 546, 342 ó el más comúnmente contagiado 102 y cifras similares de correos sin leer.
Los correos sin leer suelen ser de personas que no superan o que están por debajo del rango jerárquico del infectado. Los mensajes de personas un poco mas arriba del estatus del infectado suelen tener una inmunidad natural al virus y sólo permanecen en la bandeja tiempos que van desde unos pocos segundos o minutos a pocas horas.
El riesgo de este síntoma es que se pierde la oportunidad de información que puede ser valiosa, que puede prevenir un riesgo o de despreciar información que puede ser de vital importancia para el normal funcionamiento de un área o servicio para un cliente interno o externo.
A veces el gusanito vuelve basura información importante (termina en la bandeja de eliminados) o de pronto le pone cara de ?muy importante? a un asunto sin trascendencia, reenviándose entre usuarios decenas de veces con el mismo asunto trivial.
Parálisis cerebral e hipermovilidad dactilar
Otro síntoma, mucho mas dañino que el anterior y de efectos devastadores sobre el sistema de gestión de calidad y la gerencia del día a día es el infectado.
Una vez cae victima del dañino animalito, empieza a delirar y cree que la multiplicación exponencial del envío de correos multiplica por las mismas veces los mecanismos de gestión y de control que sobre sus procesos debe mantener.
Este síntoma suele estar acompañado de un monólogo que el enfermo repite sin cesar ante una situación que requiere su gestión inmediata: ?mándele un correo?.
Todas las demás posibles respuestas (motoras y de gestión) quedan automáticamente bloqueadas: sugerir una reunión, realizar una llamada telefónica, pensar en un cambio en el proceso, diseñar un medio de control, de medida del fenómeno o establecer un modelo de seguimiento.
Todo esto se limita a una sola respuesta: escribir un correo y olvidarse del asunto. La amnesia entonces, otro síntoma colateral, aparece.
Ya la gestión quedó realizada y toda posible respuesta diferente a enviar un correo queda disminuida a su mínima expresión.
A veces el enfermo infectado envía un mensaje a 4 destinatarios solicitando con urgencia realizar una acción.
El animalito, invisible, difunde la responsabilidad y no deja a ningún culpable por la omisión de la urgente tarea; a lo sumo deja 4 culpables pero ningún responsable, que es otra frecuente forma en que se presenta este cuadro infeccioso.