Hace 120 años, José Martí (el padre del modernismo literario) desenvainó su pluma narrativa y, ungido por su vocación revolucionaria, relató la ejecución de los obreros que fueron condenados a la pena capital sindicados por el incidente de Haymarket Square de Chicago, en el que murieron varios policías tras una manifestación de 20 mil trabajadores que exigían una jornada laboral de ocho horas.
Entonces no existía la televisión, la radio, ni Internet, y el periodismo se narraba al lado de los hechos, de modo que Martí presenció el acontecimiento y lo describió como lo sentimos para La Nación de Buenos Aires, periódico del que era corresponsal en Chicago , una de las ciudades más industrializadas del momento en Estados Unidos.
La descripción del suceso tiene de todo: la brutalidad de la represión, el cinismo de los hombres de negocios, la valentía de los acusados y el mensaje, aquel que se antepone a la muerte para convertirse en historia. Martí lo abrevió así:
"(...) salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas plateadas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos (...) abajo la concurrencia sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro (...) "
"(...)plegaria es el rostro de Spies, firmeza el de Fischer, orgullo el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita que la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora (...) los encapuchan, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos cuelgan y se balancean en una danza espantable (...)".
En este párrafo de la crónica de Martí no aparece el nombre de Louis Linng, un carpintero alemán de 22 años, que prefirió el suicidio en la celda que la muerte en la horca, pero los cinco se convirtieron en el ícono de la reivindicación de los derechos de los trabajadores.
La soga les fue administrada el 11 de noviembre de 1887, 18 meses después de aquel 1 de mayo cuando estalló la huelga, que se prolongaría por varios días y que terminaría con la explosión de un artefacto, y el fuego de la policía contra la multitud.
De mayo de 1886 a hoy han pasado muchas cosas, buenas y malas, que van desde leyes reinvicatorias, no pocas veces exageradas, hasta la sustitución de mano de obra por robots.
Las cifras
¿Cuál es la situación del mercado laboral hoy en día al recordar ese primero de mayo? El último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con corte a 2006 indica que en el mundo hay 195,2 millones de personas sin ocupación alguna.
Aunque hubo crecimiento económico y se generaron más empleos, la dinámica de los sectores productivos no absorbió de la misma forma la fuerza laboral disponible.
Peor aún: los avances para sacar de la pobreza a unos 1,37 millones de personas que tienen trabajo, pero que viven con menos del equivalente de 2 dólares por día fueron modestos, pese al compromiso de todos los países con las Metas del Milenio. Los esfuerzos -señala el estudio de la OIT- para cumplir con el objetivo de generar empleos decentes y productivos fueron insuficientes.
"El fuerte crecimiento económico registrado en los últimos cinco años ha tenido un impacto muy leve en la reducción del número de trabajadores que viven en condiciones de pobreza junto con sus familias, y esa disminución se produjo sólo en unos pocos países", afirma el director general del organismo, Juan Somavia.
Y el panorama no es halagador, así las te ...
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