A propósito del día de San Valentín, y de uno de los detalles más comunes para esta fecha, las flores, se debe destacar el trabajo de miles de colombianos y colombianas que hacen posible que la celebración al amor sea una realidad para muchos, alrededor del mundo. Las flores colombianas son las preferidas en Estados Unidos, pues se debe tener en cuenta que el país exporta 700 millones de tallos, precisamente, para este día.
La labor de los floricultores colombianos genera 200 mil trabajos formales, entre directos e indirectos, donde 60% de los puestos son ocupados por mujeres, muchas cabezas de hogar; así mismo, este oficio aporta el 25% del empleo formal rural femenino del país y el 7% del PIB nacional, datos que entregó Asocolflores. (Acá puedes registrar tu hoja de vida y encontrar trabajo)
Colombia, cada año, produce 6.000 millones de tallos, un número que posiciona al país en el segundo lugar de exportación de flores a nivel mundial, solo superados por Países Bajos, donde este trabajo tiene una tradición de 400 años; por su parte, Colombia, lleva 55 años en esta industria.
Se debe destacar que las flores que produce el campo colombiano son exportadas a casi 100 países, llegando a lugares como: Japón, Inglaterra, España, Rusia, Polonia, Australia, República de Corea, República Checa, Panamá, Francia, Alemania, entre otros, siendo Estados Unidos quien se queda con el 80% del total del producto.
El proceso de la floricultura inicia con la preparación del terreno, posteriormente la siembra y cosecha, estas actividades tardan varios meses según el tipo de flor que se quiera obtener. Luego se clasifican las flores, se empaquetan y se rocían con un sistema de atomizadores que las mantiene frescas, para luego ser almacenadas en cajas y terminar en neveras industriales donde se conservan; por último, son transportadas de los cultivos hacia los aeropuertos, donde son inspeccionadas rigurosamente antes de irse a sus países de destino.
Rosas, hortensias, astromelias son algunos de los 400 tipos de flores que se cultivan en Antioquia, Cundinamarca y el occidente del país, en las más de 9.000 hectáreas que son vigiladas por autoridades sanitarias, gremios de Asocolflores y trabajadores colombianos, para garantizar la calidad de los productos y enamorar a millones de personas.
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