A pesar que progresivamente en la historia se han intentado mejorar las condiciones de trabajo para los empleados y disminuir las horas semanales laboradas, hoy más que nunca crece el fenómeno de la adicción al trabajo, una enfermedad que al igual que cualquier otro vicio puede ser perjudicial para la salud de una persona.
La adicción al trabajo es un mal que poco a poco ha ido creciendo en el mundo y que rompe la frágil barrera existente entre la vida laboral y el bienestar personal.
Este trastorno psicológico se observa en personas con dedicación intensa al trabajo y que se caracteriza por la perdida de control respecto a lo limites laborales llevando a afectar la vida de una persona a niveles físicos y psicológicos.
Las características de un adicto al trabajo se rigen por una implicación y presión permanente a la necesidad de trabajar, acompañadas de poca capacidad de disfrutar de alguna actividad diferente a su empleo, junto con una personalidad propensa a miedo al fracaso, sentimiento de inferioridad y búsqueda de poder. Por lo que, uno de los rasgos más sobresalientes de un adicto al trabajo es el negar esta condición y distorsionar la realidad.
Los síntomas más frecuentes de la adicción al trabajo son los siguientes:
- Necesidad de control
- Intolerancia creciente
- Síntomas de abstinencia en vacaciones
- Aislamiento y agotamiento
- Excesivo sentido del deber
- Aspereza y alto nivel de exigencia
- Pérdida de satisfacción de actividades antes placenteras
- Perfeccionismo y necesidad de hacer varias tareas simultáneamente
- Urgencia de tiempo
- Dificultades en las relaciones personales
- Pérdidas parciales de memoria
- Descuido de lo familiar y afectivo
- Impaciencia e irritabilidad
- Déficit de autoestima
- Inatención a las necesidades de salud
Estos síntomas llevan a las personas a perder el control en situaciones de estrés laboral, al mismo tiempo que se caracterizan por tornar al adicto al trabajo en una persona que no sabe diferenciar el limite entre la vida privada y laboral, poniendo en riesgo sus propia familia, aficiones, relaciones afectivas e inclusive el cuidado y salud personal.
Los adictos al trabajo consideran su labor como lo esencial en su vida y carecen de la posibilidad de desconectarse de sus respectivas ocupaciones.
Las consecuencias de la adicción al trabajo son notorias y se caracterizan por el aislamiento, la ruptura de relaciones interpersonales, la carencia o pérdida del sentido del humor, el desinterés en las relaciones sociales, debilitamiento de salud y el abuso del alcohol y tabaco. Además de una reducción considerable de tiempo libre acompañado de insomnio.
Este trastorno psicológico afecta a personas con profesiones liberales y que no se mueven exclusivamente por necesidades económicas.
Atendiendo al sexo, generalmente, hay más hombres que mujeres adictos al trabajo aunque, en profesionales jóvenes apenas existe un pequeña diferencia.
Así que tenga mucho cuidado si nota que alguien cercano a usted empieza a tener un aumento desmesurado en su desempeño laboral, junto con un sentimiento de culpabilidad por el ocio y la diversión.
Si se llega a presentar esta situación es urgente un descanso prolongado y hacer caer en cuenta a la persona enferma que está trabajando demasiado y que esto puede perjudicar su salud y la de la gente que lo rodea.
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