La industria de petróleo y gas en Colombia se ha consolidado como una de las locomotoras de desarrollo, además es considerada la cuarta productora de crudo en América Latina y la mayor generadora de divisas del país, según información de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) y el Ministerio de Minas y Energía nacional.
Asimismo, el sector es un foco de generación de empleo. Por ejemplo, en 2013 se crearon 120.257 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, de acuerdo con cifras de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP).
Además, a través de la compra de bienes y servicios locales, se sumaron cerca de 35 billones de pesos y otra cantidad significativa de vacantes, según datos de la misma entidad.
De hecho, las regalías de la industria son utilizadas para financiar proyectos de inversión social en salud, educación e infraestructura para las regiones donde las empresas llevan a cabo sus operaciones. En el último año, estos recursos aportaron cerca de ocho billones de pesos, informó la ACP.
De igual forma, las organizaciones petroleras contratan personas originarias o residentes de las zonas de exploración y producción, como parte fundamental de sus programas de responsabilidad social.
“Las compañías tienen como política dar oportunidad a la gente de la región; es un mecanismo sano, de sensibilidad social y apoyo comunitario a las autoridades municipales y departamentales”, afirma Hernando Barrero, presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos (Acipet).
El directivo enfatiza en que es una iniciativa ineludible para las operaciones de las empresas, bajo el principio de desarrollo sostenible que adelantan. “(Las empresas) son conscientes de las necesidades que existen en las diferentes zonas”, menciona.
“La participación directa de ese recurso humano es una excelente oportunidad para crear más pertenencia, preservar la región y brindar apoyo a las diferentes compañías”, reconoce Jorge Luis Grosso, experto con años de experiencia en el manejo integral de la cadena de valor de crudos pesados.
Grosso también señala que emplear a personas oriundas de la zona contribuye a no estigmatizar a la industria como depredadora y poco oferente. Por el contrario, puntualiza, permite que los pobladores se sientan parte del desarrollo y de la integración que se genera.
Perfiles demandados
Los expertos consultados afirman que las empresas energéticas requieren tanto recurso humano especializado como mano de obra no calificada en sus operaciones. En esta búsqueda se da prioridad a las personas de las regiones, siempre que cumplan los requerimientos establecidos en el proceso de selección.
Según información de la ACP, hoy en día no existe ninguna reglamentación que fuerce a contratar recurso humano de las zonas donde opera una compañía. No obstante, por lo general, las organizaciones vinculan al 85% de sus trabajadores de áreas cercanas, con base en políticas internas.
Por ejemplo, Mansarovar realiza convocatorias abiertas para reclutar diferentes perfiles para sus proyectos. La mayoría de colaboradores requerido es mano de obra no calificada, explica Ana María Trujillo, gerente de Recursos Humanos en la empresa. Sin embargo, cuando se necesitan profesionales y especialistas, se da prioridad en la selección a los locales si los cumplen con los requisitos, recalca la experta.
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