Al cumplir 30 años de edad es posible que llegues a una etapa laboral en donde se puedan tomar decisiones importantes para ti y tu futuro. Se pueden marcar las tendencias profesionales de muchas personas y, también, puedes dar un cambio drástico de labores si no eres feliz.
Según Marcela Rojas, coach de carrera y headhunter, que además trabaja en MaR Coaching Atelier, a esta edad hay personas que crecen y logran perfilarse entre los más destacados ejecutivos, mientras que otros cambian de enfoque y comienzan de cero.
También, por lo general, muchos experimentan su primera crisis existencial en la parte laboral, o estarán a punto de tenerla, debido a que “se redefinen prioridades y se identifica lo que realmente nos gusta”, todo esto debido a que se ha tenido la oportunidad de experimentar en los años anteriores diferentes roles, gustos y fortalezas en un trabajo.
“Los 30 serán la gran oportunidad para que te catapultes hacia tus objetivos, aquellos trazados después de la crisis (si la viviste) y enfocados a los que realmente te gusta hacer”, afirma la coach Rojas.
Antes estas situaciones, hay cinco consejos específicos que pueden ayudar a una persona de 30 años a conseguir trabajo o mejorar el que se tiene:
1. Ser proactivo: tiene que ser un sello personal. Debes investigar, por tu cuenta, el mercado en el que quieres trabajar, estudiar y capacitarte en temas que aportan valor y, desde ahí, buscar ser siempre ese 'traje a la medida' que se ajusta a las necesidades de la empresa que te estaría contratando. Tus conocimientos, experiencia y actitud son claves.
2. Tener una marca personal: es la huella que dejas en los demás. Es por lo que te recuerdan y la razón por la que pensarían en ti para un trabajo. La conforman varios factores:
- Tu forma de relacionarte: trabajar en equipo, disposición a colaborar, cordialidad y buenas formas.
- La calidad de tu trabajo: hacer siempre lo máximo que se pueda, verificar la calidad y satisfacción, aceptar y solucionar los errores, y atención al detalle.
- Tu imagen: cómo hablas y cómo te vistes.
3. Saber lo que quieres: define tus objetivos profesionales, a dónde quieres llegar y qué necesitas para lograrlo. Esto te permitirá establecer los pasos necesarios para lograrlo y enfocar tu energía en las acciones correctas.
4. Saber quién eres a nivel profesional: define tus fortalezas, todo aquello en lo que eres excepcional y cuéntaselo al mundo. Te sabrá en dónde agregas valor y ajustar tu discurso con claridad.
5 Hacer networking: es momento de llamar a todas esas personas con las que has tejido una amistad a lo largo de estos años. Debes decirles que te “echen una mano”, cuéntales lo que haces y de qué forma tú eres una persona que agrega valor.
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