El estudio ‘Diversidad y Talento’ realizado por ManpowerGroup Colombia, empresa especializada en el reclutamiento y tercerización de personal, dio como resultado que la selección de colaboradores, en su mayoría, se basa más en percepciones que en realidades o experiencias concretas.
Juan David Tous, coordinador de la investigación, afirmó que “los estereotipos, como representaciones exageradas y simplificadas de los demás, se alimentan del temor a la diferencia. Es una realidad que proviene más de la formación familiar y cultural de los empleadores y jefes, que de la misma cultura corporativa”.
Diferentes características de las personas se han convertido en criterios de selección en el país, se trata de razones que no corresponden de manera directa a las competencias y habilidades de la persona.
Por ejemplo, de acuerdo con los resultados de la investigación, haber sido reportado en centrales de riesgo, la apariencia física, la forma de escribir (forma de la letra a mano), el haber trabajado en el sector público, la carta astral, la desconfianza hacia las personas con ojos claros o el temor a la posible agresividad de un candidato porque sabe karate son razones generadas por estereotipación y estigmatización.
“Hay factores sociales y culturales muy arraigados en Colombia que se reflejan en el rechazo o la aceptación de un candidato para un puesto, y es así como la edad, la raza o aspectos tan curiosos como el signo zodiacal o la afición a un deporte hayan sido las razones para que algunas personas fueran descartadas en procesos de selección en varias empresas”, afirma Rosalba Montoya Pereira, presidente de ManpowerGroup en Colombia y directora para el Área Andina de Sudamérica.
Por otra parte, según el estudio, en algunas regiones como en la Costa Caribe aún pesa la visión paternalista de “venir recomendado por…” y el color de la piel; en el Eje Cafetero, el complejo de la clase social dada por el estrato y que no tenga deudas altas; en Bogotá no miran la raza, pero sí “la presencia”; y en el Valle, región de morenos, la discriminación racial sobrevive.
En el caso de Antioquia, aunque ya no pesa si egresó de una universidad pública o privada y se ha superado ese regionalismo resistente a empleados de otros lugares del país, ahora la segregación se da en el campo del género, evitando mujeres con vocación de madres o en embarazo, y también por la orientación sexual.
En cuanto a la formación académica, un 83,1% de las empresas encuestadas solamente requiere nivel de secundaria entre su personal operativo. Para el personal calificado el nivel académico más requerido es el universitario (30,8%) seguido por tecnológico (30%) y técnico (17,3%).
Para el personal profesional, 64,1% de las empresas encuestadas solamente requiere pregrado, 11,4% requiere título de especialización y 19,8% se considera indiferente en cuanto a la necesidad de posgrados. En cuanto al carácter público o privado de las universidades en las que su personal se formó, 92% lo considera irrelevante.
“En medio de una sociedad como la colombiana, que busca alcanzar la paz y que necesita urgentemente mejorar sus prácticas laborales y de negocios para ser más competitiva y, por ejemplo, entrar a la OCDE, debemos concientizarnos y enfocarnos en las competencias de las personas y no en prejuicios, estereotipos o estigmas a la hora de buscar el talento humano para las empresas. Solamente así puede haber una real igualdad de oportunidades para las personas y las organizac...
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