Las estadísticas son contundentes: la profesionalización de las carreras técnicas solo llega al cuatro por ciento de la matrícula; el 14 por ciento se gradúa como tecnólogo y el 1,4 por ciento se inscribe en una maestría.
Pero eso no es todo, Colombia comparada con los estándares internacionales tiene los promedios más bajos en educación técnica y tecnológica, incluso si la relación se hace con otros países de América Latina, según conclusiones del Observatorio Laboral del Ministerio de Educación.
Bajo ese diagnóstico es imprescindible formular varias preguntas:
? ¿Cuál es la pertinencia de la educación en el país?
? ¿Existe una correspondencia entre formación y mercado laboral, teniendo en cuenta las tendencias del mundo globalizado?
? ¿Hay articulación entre los diferentes niveles de la educación?
? ¿Existen las instituciones suficientes y adecuadas para formar los colombianos que el país y el mundo requieren?
En un seminario sobre el tema, la ministra de educación, Cecilia María Vélez, exteriorizó su preocupación por los fenómenos que afectan a este tipo de formación y los resumió en tres dificultades:
? Falta de pertinencia y calidad
? Altas tasas de deserción
? Concentración de programas en áreas no relacionadas con la vocación productiva de las regiones ni con las competencias requeridas por los sectores económicos.
Necesidad de articular
Según la Ministra de Educación, una de las prioridades en el Plan Decenal que se está analizando consiste en fortalecer las acciones empezadas en el anterior cuatrienio con el fin de recuperar y mejor la formación técnica, tecnológica y profesional, no solo en cobertura sino en calidad.
Como complemento a dichas estrategias y de forma prioritaria, el Ministerio ha tomado una serie de medidas tendientes a garantizar la calidad de los programas y de las instituciones que ofrecen formación técnica profesional y tecnológica.
"Con exigencias análogas a las que se hacen a los demás programas de educación superior, mediante el cumplimiento de los requisitos para acceder al registro calificado y la acreditación de alta calidad?, afirmó recientemente Cecilia María Vélez.
La funcionaria explicó que todo lo anterior hará posible que tanto los estudiantes como la comunidad en general accedan con confianza a estos programas y descubran el valor que estos profesionales tienen para su región y para el país.
Falta de dinero, un problema
Francisco Núñez Lapeira, rector de la Universidad Panamericana, afirma que si se quiere dar un verdadero impulso a la educación técnica y tecnológica se necesita una política de Estado, pues contrario a lo que se piensa está es costosa, debido a que se necesitan tecnologías de punta que fácilmente se vuelven obsoletas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) hace sus propias recomendaciones: además de pertinente, la formación técnica y tecnológica, debe ser integral o humanística, en la cual no solo se procure el saber hacer sino el conocer, además enfatizar en los idiomas, como sucede en la educación netamente académica.
Recuperar su importancia también requiere reconocer su estatus y valor su carácter bivalente. Generalmente, un técnico o tecnológico, gana un 25 por ciento menos que un profesional académico.
Es decir, que las propias empresas deben cambiar su cultura, como lo ...
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