26 de octubre de 2015
El ‘burnout’, trabajador quemado o desgaste profesional es uno de los males que están bajo la mira de las empresas, porque disminuye su fuerza productiva e incapacita con frecuencia a sus empleados.
Por esto, organizaciones internacionales como la OIT y la OMS han alarmado al mundo sobre la importancia de la prevención y tratamiento, pues se calcula que cerca del 30% de la población mundial padece de estrés, incluso en países industrializados alcanzan niveles superiores y en América Latina más del 40% de los trabajadores sufren la enfermedad en México, Chile, Argentina y Colombia.
Este síndrome se reconoce como un tipo de estrés laboral severo con mayor presencia en trabajadores que mantienen relación directa con otras personas, por ejemplo: empleados del sector educativo, salud y administrativo.
“Es mucho más común en personas que tienen que hacer trato de servicio o atención al cliente o trato a terceros: profesores, médicos y enfermeros”, recalca Ana María Moreno, gerente de Recursos Humanos en Hays Colombia.
Aunque no es nuevo, el ‘burnout’ se conoce desde los años 70, hace poco tiempo las empresas colombianas vienen trabajando en el tema y dándole relevancia. Ahora, a través de la legislación, se reconoce como un problema y se busca prevenirlo, afirma María del Pilar Álvarez, psicóloga y consultora asociada en Lee Hecht Harrison.
Así se identifica
El síndrome del ‘burnout’ responde al desgaste derivado del trabajo excesivo. “El trabajador se deteriora física y emocionalmente al ser sometido a niveles de estrés inmanejables, al punto de incapacitarlo social, afectiva y laboralmente”, explica Ligia Torres, psicóloga del Colegio Nuevo Gimnasio.
Otros síntomas son la desmotivación por las tareas realizadas, cambios de comportamiento relacionados con malos modales hacia los demás, trato desagradable e indiferencia, agotamiento mental, falta de energía y menor rendimiento.
Moreno advierte de algunas características físicas como dolores musculares y articulares, problemas gastrointestinales, cardiovasculares, afecciones de la piel, dolores de cabeza, mareos, alteraciones del apetito sexual y mayor riesgo de obesidad, entre otros.
“Cuando la persona detecta que sufre el síndrome de domingo, toda la semana espera que sea viernes o no se le ve la actividad que usualmente tenía, debe acercarse a su jefe inmediato o a recursos humanos para comentar su caso y empezar un trabajo conjunto, así evita que su mal desempeño llegue a reflejarse en un despido o una asignación laboral inadecuada”, recomienda la consultora de Lee Hetch Harrison.
Torres también aconseja que después de autodiagnosticarse, el trabajador debe hablar con su familia y estudiar juntos la conveniencia de un cambio y pedir ayuda al departamento de bienestar de la empresa o buscar apoyo emocional con un profesional en Psicología.
La prevención es clave
Equilibre su vida personal
No deje que el trabajo desplace otros aspectos importantes en su vida, cultive relaciones afectivas, aficiones, deportes y sus dimensiones espiritual y cultural.
Cuide el cuerpo
Realice actividades de prevención, pausas activas a diario y ejercicio regularmente. Mantenga una buena alimentación.
Técnicas de relajación
La meditación, escuchar música relajante, dormir bien, descansar y to...
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