Dentro de este proceso de evolución formativa, el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) se convierte en una alternativa para desarrollar diferentes competencias.
“Los medios digitales no son lo más significativo, son un canal para que fluya el proceso de enseñanza–aprendizaje. De esta manera se abren conductos recíprocos de comunicación entre docente-estudiante”, afirma Nelson Darío Roldán, director de Investigación e Innovaciones Pedagógicas en la Universidad Católica del Norte (UCN).
Para este experto, hoy en día la educación virtual realiza un aporte primordial, porque la institución es el ente que va hasta el alumno y diverge del sistema tradicional que funciona en vía contraria.
“A las tecnologías hay que dotarlas de un sentido pedagógico, didáctico y comunicativo. No se trata de enseñar de la manera habitual; el docente está llamado a asumir otros papeles y metodologías para que el proceso de enseñanza-aprendizaje surja y se cumpla en un contexto virtual”, añade Roldán.
Por otro lado, Jaime Alberto Leal, rector de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD), afirma que la sociedad actual ha creado una necesidad de alfabetización tecnológica para niños, jóvenes y adultos.
Este directivo también asegura que las instituciones académicas deben formar personas con dominio digital para crear una inclusión global. De lo contrario, “no podrían favorecer a las poblaciones vulnerables del país, que encuentran en este tipo de formación, una alternativa para educarse y salir de las exclusiones sociales, económicas, culturales y cognitivas”, concluye Leal.
A distancia desde primaria
Dentro de sus programas educativos, la UCN desarrolla lo que han denominado ‘cibercolegios’. Esta iniciativa admite alumnos habituales y personas en situación de discapacidad, ya sean jóvenes o adultos.
Por ejemplo, el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) ha creado currículos virtuales pensados en alumnos de edades que coinciden con la educación media y mayores, recalca Natalia Ariza Ramírez, directora de Formación Profesional Integral en la institución.
Para la directiva, los objetivos de estos programas son aportar bases para la elección de carrera, fortalecer los conocimientos, acceder a la educación en cualquier espacio de tiempo, sin movilizarse, y transcender las barreras físicas y los límites geográficos.
Por su parte, la UNAD cuenta con 77.563 estudiantes en 1.023 municipios colombianos. De este número, el 95% pertenece a estratos socioeconómicos bajos (1, 2 o 3) y el 85% trabaja. Por género, 55% está conformado por mujeres y 45% por hombres.
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