Países latinoamericanos se han convertido en un foco importante para recibir estudiantes nacionales, principalmente Argentina, Cuba, Chile y Brasil. Este fenómeno se presenta por la cercanía geográfica, el idioma y la posibilidad de trabajar sin requerir algún tipo de visa.
Los cursos de inglés que permiten trabajar son los más buscados, también el programa de AuPair en Estados Unidos es demandado por mujeres con experiencia en cuidado de niños o licenciatura en preescolar, afirma Andrés Galindo, gerente de Mercadeo en Global Connection, agencia de estudios en el exterior con más de 13 años de experiencia.
Emplearse, una forma de subsidio académico
Las condiciones para laborar de manera legal cambian de acuerdo con el país al que el individuo decida viajar:
- Australia: permite que los estudiantes extranjeros trabajen 20 horas semanales durante su periodo de estudios y 40 horas en vacaciones.
- Nueva Zelanda: exige un nivel de inglés intermedio demostrable por medio del examen del Ielts.
- Canadá: una opción laboral, a través de programas de educación cooperativa, incluidos en el pénsum profesional.
- Estados Unidos: permite efectuar labores dentro del campus o desempeñarse como niñeras.
- Reino Unido: para alumnos de inglés en instituciones públicas 10 horas semanales o 20 en universidades.
- Sudáfrica: ofrece programas de voluntariado (no remunerado) para adquirir experiencia profesional y personal en diversos ámbitos.
Galindo señala que los estudiantes universitarios o profesionales, jóvenes en su mayoría, son quienes mezclan el estudio con oportunidades de trabajo, además reconoce que de los cerca de 1.300 colombianos que envían al año, la mitad de ellos van a países en los que pueden realizar actividades remuneradas durante el programa académico.
La mayoría de alumnos se desempeñan en labores no calificadas en cafeterías, restaurantes y oficios domésticos, y algunos en labores más destacadas en oficinas y al dictar clases privadas de español, que exigen conocimientos más amplios en otras áreas.
“Las condiciones laborales y salariales eran buenas, pues realizaba trabajos informales, sin embargo, mi principal reto y satisfacción fue aprender otro idioma y recibir alguna remuneración por ello”, asegura Camilo Joya, profesional de eventos en Stock Models, quien viajó a Australia durante más de un año.
Joya Hernández menciona que la experiencia cambió su forma de pensar y contribuyó en su vida profesional de manera positiva porque le ha abierto las puertas a nuevas posibilidades y desafíos. También recomienda elegir un destino que atraiga no solo por el programa académico sino por la cultura y las experiencias.
Viviana Ceballos
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