En una hoja de vida existe un margen escaso para demostrar la personalidad, intereses e inquietudes y el afán por formar parte de la empresa que realiza el proceso de selección. La carta de presentación constituye el complemento ideal para expresar todos estos aspectos de una manera más personalizada. Es el arma más idónea para conquistar al seleccionador.
Como compañera de la hoja de vida, la carta debe adoptar un estilo similar tanto en forma como en contenido.
Utiliza el mismo tipo de papel, tipografía (fuente y tamaño) y recursos gráficos similares. No obstante, ambos documentos comunican cosas diferentes. Si bien el currículo es un historial con datos objetivos personales, formación, experiencia profesional y conocimientos, la carta de presentación apela más a la personalidad del individuo.
Es importante no repetir información aunque sí se pueden hacer referencias recíprocas.
Antes de redactar la carta, hágase las siguientes preguntas:
¿Cuál es su trayectoria profesional hasta el momento?
¿Qué es lo que busca con este puesto de trabajo?
¿Qué conoce de la empresa que realiza el proceso de selección y del puesto que ofrecen?
¿Qué rasgos lo hacen merecedor del empleo?
La redacción del texto es simplemente la respuesta a estas cuestiones. Conteste a cada pregunta en un párrafo con un estilo sencillo y claro.
Encabece la carta con una breve presentación y despídase amablemente. No olvide facilitar sus datos de contacto para una futura entrevista. Se trata de venderse en unas líneas como si fuera el mejor producto. Ello implica identificar las necesidades del cliente y procurar satisfacerlas.
Utilice las mejores estrategias:
- Dirígase a una persona en concreto. El seleccionador debe pensar que para usted la empresa significa algo más que otra del montón.
- Investigue la situación que vive la compañía, la plantilla que tiene y cuáles son sus objetivos y trayectoria.
- Demuestre que conoce las funciones del puesto para el que se le demanda y que conoce el ritmo de trabajo que conlleva. Recuerde que el mejor vendedor es el que reconoce las necesidades de su cliente.
- Venda sus cualidades, potenciándolas en detrimento de sus carencias. Una carta de presentación ha de ser demasiado breve como para mencionar sus puntos débiles. Déjelos para el momento en que sea inevitable hablar de ellos.
Estilo directo
El estilo debe ser concreto y directo, sin preámbulos. Asegúrese de que el mensaje principal llega a su destinatario sin interferencias de ningún tipo.
No introduzca la carta en el sobre o presione el botón enviar del correo electrónico sin antes haber leído un par de veces el texto. Los repasos son los que acaban de pulir el estilo y los que permiten obtener una visión global del documento.
Compare la carta con el currículo y pida una segunda opinión. No se olvide de corregir las faltas de ortografía.
Fuente El Tiempo
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