Cualquier empresa juega y compite en tres mercados, en los cuales tiene que ser exitosa: el financiero, el de la competencia o externo y el del talento. En otras palabras, ninguna compañía sobrevive si no vence en estos aspectos: cuando no crea valor económico para sus accionistas; cuando no se diferencia claramente de sus competidores con un servicio o producto más eficiente y cuando no tiene o pierde fácilmente las mejores personas para ejecutar sus planes.
Respecto al sector financiero pienso que Colombia tiene oportunidades a corto plazo, de crecimiento rápido, y también a largo plazo. No obstante, estas últimas, me parecen dependientes de la inversión, la calidad del sistema de enseñanza y la mentalidad de las áreas de selección.
A corto plazo creemos que la banca de retallo va a crecer naturalmente por el auge de la clase media, variando la complejidad de sus redes y diversificando sus servicios. Asimismo, el acceso a los créditos hipotecario y personal moverá el sector, que necesitará de sistemas de atención estratégicamente ubicados para una expansión sostenible.
Además entendemos que la banca de inversión también está desarrollándose y varias instituciones amplían o refuerzan su presencia en el país.
De hecho creemos que el sector de infraestructura y construcción, en paralelo al de retail, darán noticias de fusiones y adquisiciones con algún impacto. También se esperar el aumento y proliferación de private equities y otros fondos de venture capital, aunque estos no sean empleadores a gran escala.
Sin embargo, a largo plazo y contrariamente a lo que puede deducirse, los países que enfrentan crisis hipotecarias y de crédito soberano son los de mejor perspectiva en la creación de puestos de trabajo en este sector e incluso presentan un continuo aumento de los servicios financieros como porcentaje del PIB (Producto Interno Bruto).
Por tanto creo que países como Colombia u otros latinoamericanos estarán rápidamente más preocupados en no desindustrializar sus economías con el crecimiento del costo del trabajo (que ya verificamos en el sector petrolero y de infraestructura), principalmente por la importación de recurso humano y el desequilibrio al lado de la demanda. Además, sabiendo que estas son áreas que harán sustentar sus otros sectores, notoriamente el financiero.
Adicionalmente, ya vemos a Brasil creando sus primeras medidas proteccionistas en el sector automotor. También a Argentina, en su estilo más radical, al obligar a empresas importadoras a tener cuotas de exportación, pero con casos de compañías importadoras de autos que exportan vinos.
Para ganar peso en la economía y competitividad regional, el sector de los servicios financieros depende de cuatro factores:
- Enseñanza pública más uniforme y de mejor calidad
- Acceso a las universidades colombianas de mayor reputación, regulado por el mérito y clasificación anterior, en oposición al actual ingreso basado solamente en premisas económicas.
- Apertura en el sector público y privado a sociedades con escuelas de negocios internacionales e intercambios de profesores y alumnos.
- Mentalidad reclutadora menos elitista y más racional en la selección de candidatos
Desafíos en varios frentes para un crecimiento sostenido
Mientras Colombia no adquiera como compromiso estos cuatro designios estratégicos, el sector financiero progresará solo por la demanda interna creciente, la llegada de empresas multinacionales, consecuentes servicios de banca corporativa y la intervención de los bancos de inversión en fusiones y adquisiciones.
La verdad es que las líneas que recomiendo serían adecuadas para cualquier sector de la economía colombiana en este momento.
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