Se terminó con éxito el último semestre de la universidad. Es el momento de celebrar con familiares, amigos y allegados la culminación de un reto académico más, que lo deja en la antesala del mercado laboral o como mínimo con la ilusión de escalar posiciones si es que combinó estudios con trabajo.
El pregrado es, sin duda, un acontecimiento para gran parte de la población, máxime si se tiene en cuenta que solo el 23 por ciento de quienes terminan bachillerato en Colombia tienen acceso a la universidad, según cifras recientes del Ministerio de Educación.
Solo que ese suceso es apenas un escalón en la vida profesional, que resulta insuficiente para agregar conocimientos, habilidades, fortalezas y destrezas al mundo que ronda a ejecutivos y directivos de la comunidad empresarial, no importa si se trata de una multinacional, una mediana o pequeña compañía.
?Las especializaciones, las maestrías y hasta los doctorados se han convertido en un requerimiento para el éxito?, afirmó Ivette Duarte, consejera vocacional de la Universidad Internacional de la Florida, en donde se forman estudiantes de 130 países de todo el mundo.
Valor agregado
Este tipo de educación que va más allá de los estudios universitarios propiamente dichos, es una necesidad impuesta por la globalización, la internacionalización de las economías, el conocimiento y la cultura.
En el nuevo orden de los negocios priman la eficiencia, la competitividad y la productividad y, por tanto, es indispensable generar beneficios diferenciales en cada proceso.
Desde luego es más fácil para una organización lograr mayores niveles de efectividad con personal capacitado y, sobre todo, especializado en áreas determinadas, lo que no significa menospreciar los conocimientos generales, un atributo de todo gerente contemporáneo.
Ahora bien, surgen los dilemas: ¿cuál es el momento apropiado para elegir un posgrado? Los expertos en educación y en desarrollo del talento humano sugieren que lo más indicado es decidir luego de haber tenido dos o tres años de prácticas.
Muchas veces, dice Duarte, ?el foco de lo que se quiere estudiar cambia cuando se entra al ámbito laboral?. De ahí que durante la carrera donde también el estudiante se ha podido equivocar en la elección- son importantes las pasantías.
Y ojalá en varios sectores y actividades, debido a que en muchas ocasiones se descubren gustos, afinidades y destrezas que estaban ocultas.
¿Vocación o salario?
Aunque no está de sobra, iniciar un programa tan pronto como se termina la carrera no es lo más indicado, sobre todo cuando la etapa de las prácticas o de desempeño laboral no se ha completado.
Es posible que lo que se requiere sea un complemento apropiado a la profesión escogida (como por ejemplo, un ingeniero que se inclina por la gerencia y no por los recursos hidráulicos). Esa opción se hace más visible y palpable cuando se conoce de primera mano la actividad.
Ligado al anterior dilema hay otro, quizás más profundo y difícil de resolver. ¿Qué escoger? ¿Algo que me guste o algo que requiera el entorno y me genere un salario importante?
Lo primero que debe considerar la persona son sus talentos, afirmó la consejera vocacional de la Universidad Internacional de la Florida, quien en un programa especial de CNN sobre lo que necesita el mercado y lo que ofrecen las instituciones de educación, señaló que hay otros elementos para tener en cuenta.
Así, por ejemplo, es conveniente analizar sus atributos, el tiempo q...
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