Uno de los grandes dilemas de la vida laboral se presenta cuando voluntariamente elegimos cambiar de empleo.
En la decisión hay tantos intereses en juego que lo mejor es dejar sentimientos y corazonadas de lado y actuar con cabeza fría, anteponiendo lo que uno quiere en su vida profesional al azar, pues este no es un buen consejero máxime en un mundo laboral tan competido.
No hay un solo motivo por el cual alguien toma la decisión de irse, afirma Juan Carlos Linares, gerente de DBM, quien señala que lo primero que debe hacer un ejecutivo antes de marcharse es pensar en algo práctico: ?qué es lo que quiero con mi carrera?.
Es posible que un directivo tenga en una compañía un salario con varios ceros a la derecha, pero la remuneración no lo es todo. Hay quienes desean escalar, tener poder, participar en las decisiones y ser los líderes del equipo.
Sin embargo, no siempre en el cargo que se tiene se pueden satisfacer estas pretensiones, por lo que según Linares, es necesario hacer un justo equilibrio entre las aspiraciones y las necesidades de la organización.
Por el otro lado habrá personas a las que no les gustan los grandes retos y cuya prioridad es el ingreso. Saben hacer las cosas, las hacen bien, pero no van más allá.
En consecuencia se pueden sentir cómodas en lo que están o incómodas si la dinámica de la compañía es asignar cada vez mayores responsabilidades. De modo que ese también puede ser un motivo para marcharse.
Cinco señales para considerar...
El gerente de DBM, compañía experta en outplacement y administración de carrera y retención de ejecutivos, señala cinco criterios que se deben tener en cuenta para optar por quedarse o irse:
- Avance
- Seguridad
- Reto
- Independencia
- Balance en la vida
Ahora bien ¿es común en Colombia que los ejecutivos estén constantemente pensando en abandonar sus trabajos? No tanto, dice Linares. Los departamentos de recursos humanos se han profesionalizado mucho y la vinculación de personal que hace unos años se hacía por recomendaciones y sugerencias de amigos, ahora se hace por competencias lo que disminuye los riesgos de rotación.
Las empresas se preocupan lo suficiente en aspectos como el motivacional, que es decisivo en el logro de la satisfacción del cliente interno.
El salario, el reconocimiento, la proyección dentro de la organización, la adquisición de nuevos conocimientos, el tipo de responsabilidades y de retos delegados, entre otros, son aspectos que ponen en juego la decisión de permanecer o cambiar de organización, independientemente del nivel o del cargo.
Pero como no todo lo que brilla es oro y no siempre lo prometido se convierte en realidad, es inevitable que alguien en un momento determinado no se sienta satisfecho y quiera, así esté en la mejor multinacional, una nueva experiencia en donde, entre otras cosas, pueda tener mayor tiempo para compartir con su familia, experimentar nuevos roles y abandonar un ambiente del cual ya se siente cansado.
No se deje engañar por la rutina
Sara Castañeda, sicóloga organizacional y profesora universitaria, señala que muchas personas deciden cambiar de puesto por la monotonía.
Cuando se lleva tanto tiempo haciendo lo mismo y la respuesta a la solicitud de ascenso es la misma: ?usted es la persona que necesitamos en ese cargo?, no hay otra alternativa que pensar en alzar vuelo por salud profesional.
Desde luego hay que pensa...
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