En nuestras conversaciones cotidianas siempre usamos muletillas. Las muletillas son estas palabras o frases que se repiten por costumbre y que, como su propio nombre indica, sirven como muletas en nuestra conversación. Son… “o sea, ¿vale?, ¿me explico?, ¿entiendes?, ehhh, ahhh”, etc.
Por lo general, las muletillas perturban al oyente y hacen que el mensaje corrompa, a tal punto que, si son muy usadas, el receptor solo escuchará las muletillas y perderá atención al resto del discurso, por lo que deja de ser efectivo. (Mira las mejores ofertas de trabajo, solo debes registrarte)
En una entrevista de trabajo es conveniente evitar, lo más posible, el uso de muletillas, puesto que entorpecen increíblemente el discurso que queremos transmitir. Lo bueno es que es muy fácil evitarlas, así que sigue estos consejos para conseguirlo:
1. Sé consciente de cuáles son tus muletillas
Cada persona tiene sus propias muletillas. Si no localizas las tuyas, grábate o pídele a alguien de mucha confianza que las apunte. Una vez sepas cuáles dices, cada que las digas, tu mente te dará una señal de alarma y, con algo de práctica, podrás eliminarlas.
2. Habla más despacio y haciendo pausas
Al principio te parecerá que donde había una muletilla, ahora tendrá que haber otra palabra para sustituirla, pero no es así. Lo más efectivo cuando hablamos es hacerlo más despacio y hacer pausas. No necesitas encadenar unas frases con otras mediante conjunciones. Prueba con el silencio. Aunque te parezca que es incómodo, para el que te escucha no lo es en absoluto.
3. Prepárate mucho
¡Cuando cantas una canción no tienes muletillas, cuando recitas un poema tampoco! es lo que pasa cuando preparas un discurso. Eso mismo pasará cuando ensayas lo que vas a decir. Al principio solo te pasará con los discursos muy preparados, pero poco a poco, el hábito se irá incorporando a cualquier cosa que digas. (¿Aún no estás registrado en elempleo.com? Acá podrás iniciar la búsqueda de trabajo)
4. Incorpora nuevas palabras y frases a tu vocabulario
Dicen los expertos que de las 60.000 palabras que conocemos, solamente utilizamos unas 20.000. El resto, aunque están ahí, no las llegamos a incorporar en nuestro discurso. Hacerlo, además de más riqueza léxica, te dará la oportunidad de contar con comodines para enlazar frases sin necesidad de recurrir a las muletillas.
5. Piensa antes de empezar a hablar
Parece una obviedad, pero ponte a pensar: ¿cuánto tiempo dedicas a pensar en tu respuesta antes de decirla? si necesitas hacerlo, porque la situación lo requiere, puedes parafrasear la pregunta, lo que te dará esos segundos extra. (¿Estás buscando empleo? Registra tu hoja de vida aquí)
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