A veces se te puede hacer difícil identificar que te están recargando laboralmente, y esto sucede porque desde que se firmó el contrato no se dejaron claras las funciones que como trabajador debías cumplir, por ejemplo. Y ante la falta de tareas determinadas y delimitadas, tu jefe se puede aprovechar y ponerte más trabajo de la cuenta.
Tony Hastings, asistente de gerencia del Teaching Centre del British Council, expresa que se puede identificar la sobrecarga laboral si al trabajador no le alcanza el día para cumplir con todas las labores pendientes.
Además, Hastings cuenta cuáles son las señales que te ayudarán a identificar si estás recargado de tareas en su empleo: ponerte irritable y de mal humor en horas laborales, sentir que el trabajo nunca termina o contar poco tiempo para descansar.
“Si una persona tiene una sobrecarga de trabajo es normal que empiece a olvidar algunas cosas. La mayoría de los empleados se sienten sin energía o viven fatigados por la sobrecarga laboral”, asegura Hastings.
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De igual manera, Lina Paola Quintero Giraldo, médica, asegura que el estrés y la ansiedad generados por la sobrecarga laboral pueden tener repercusiones físicas y mentales en el trabajador. Por ejemplo, dolores de cabeza, espasmos musculares, disminución de la actividad del sistema inmunológico (defensas bajas), gastritis, síndrome de intestino irritable y, a largo plazo, deterioro de la salud cardiovascular.
Es importante que cada persona trabaje de manera planificada y organizada y se comprometa a entregar sus proyectos con fechas razonables y cumplibles. De eso debe ser consciente el jefe, que no puede abusar de su posición para delegar labores sin pausa.
A pesar de lo anterior, puede suceder que te sientas sobrecargado porque no estás planeando de la mejor manera tus días laborales y, por esa razón, pierdas mucho tiempo en el horario de trabajo. Analiza y, si es el caso, corrige.
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También puedes notar sobrecarga laboral cuando tienes muchas más tareas que sus compañeros de trabajo (pares). En estas situaciones “es importante hablar con el jefe inmediato para buscar la manera de reorganizar al equipo de trabajo para que cada persona haga realmente lo que le corresponde de manera justa y organizada”, complementa Hastings.
Siempre será lo mejor dejar las cosas claras desde el comienzo, desde que se firma el contrato. El jefe debe plasmar y expresar con claridad las funciones que el trabajador va a desempeñar. Así se evitarán futuras discrepancias.
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