Cada año, el salario mínimo es incrementado por el Gobierno, a través de un decreto, que tiene por objeto garantizar el soporte de las necesidades básicas como alimentación, salud, vivienda y educación.
Sin embargo, cuando un trabajador devenga más de este sueldo, estipulado hoy en 616.000 pesos, no conoce la forma correcta en que debe aumentarse su mensualidad.
“El código laboral no obliga al incremento de salarios para aquellos empleados que ganan más del mínimo legal, pero la práctica y la orientación de la constitución nacional es ampliar el costo de vida definido como justicia social y con el hecho de no perder capacidad adquisitiva”, señala Catalina Gómez, consultora en Metaconsulting, firma especializada en procesos de gestión humana.
Para la experta deben tenerse en cuenta cuatros aspectos para fijar un aumento salarial: examinar el impacto del cargo en la empresa, tener un referente del mercado, observar los resultados de la organización y el desempeño del colaborador.
De otro lado, el momento del año en que se realiza el incremento es discrecional del empleador, lo puede hacer a partir de un mes determinado o retroactivo desde el primero de enero, asegura José Fernando García, director jurídico de ProTejiendo, firma de abogados especializados en temas corporativos, laborales y tributarios.
El especialista añade que el aumento salarial no depende del tiempo laborado por el trabajador, porque va en contra del derecho fundamental a la igualdad. En algunas empresas varían el pago de acuerdo con la antigüedad.
Tener políticas claras en el pago de sueldos es necesario al interior de la organización, porque determina la relación laboral y permite una adecuada administración de la compensación, explica Gómez.
La consultora menciona que los procesos ordenados muestran el presupuesto que invierte la empresa en sus colaborados, además favorece el bienestar en el trabajo.
“Comunicar con claridad y transparencia fomenta un mejor clima organizacional y permite generar estrategias en las que el empleado se siente involucrado y motivado al cumplimiento de los objetivos personales y empresariales”, puntualiza Gómez.
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