El currículo de un estudiante que aspira a hacer sus prácticas profesionales tiene algunas diferencias respecto al de un profesional graduado. Por tal motivo, más allá de que cada universidad debe orientar a sus futuros egresados en la creación de sus hojas de vida, existen pautas para que estas sean más efectivas y generen mejor impacto.
Adriana Gutiérrez Faccini, consultora en Gestión Humana, dice que si tú has trabajado en cargos diferentes al cual aplicas o ajenos a tu carrera profesional en curso, debes identificar al jefe inmediato o alguna persona que pueda informar sobre tu desempeño. En el campo laboral interesa no solo que la persona tenga conocimientos y experiencia en las funciones que ejerce, sino también cómo se desenvuelve, cómo se comunica, cómo es su relación con su jefe y cómo se adapta a las políticas de una compañía.
Si no has trabajado aún, presenta personas que no sean familiares, que puedan dar referencias sobre ti, como profesores de estudios, quienes pueden dar fe de tu desempeño, cualidades y habilidades para ciertas áreas.
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Además de tus datos personales (nombre, apellidos, número de cédula y de celular, dirección de residencia y correo electrónico), es importante que pongas un perfil profesional en el que describas las competencias adquiridas durante tu paso por la academia y, preferiblemente, que tengan que ver con el área a la cual te vas a postular y con las funciones que podrías desempeñar con solvencia. El perfil debe ser de máximo cuatro líneas y decir cosas concretas y demostrables.
En la parte de los estudios realizados, Gutiérrez recomienda escribir el nombre del colegio y la fecha de graduación y, obviamente, la universidad y la profesión. Además, para el caso del practicante –sobre todo- cree fundamental que la persona deje escrito en la hoja de vida los cursos, seminarios, congresos y diplomados en los que haya participado, incluyendo institución y año de grado o de realización. Además, confirma si hablas y escribes otros idiomas diferentes al español.
Si no tienes experiencia laboral de ningún tipo, habla en el currículo sobre tu experiencia académica, logros obtenidos y los campos de acción en los que mejor te has desempeñado, así como las materias que más te han interesado y en las que más has sobresalido.
Si tienes alguna experiencia, “ubica la empresa, fecha de ingreso y retiro o si actualmente trabajas allí, funciones desempeñadas y logros alcanzados”, expresa Gutiérrez.
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Alexander Ruíz Palacio, ingeniero de proyectos en Oil & Gas Industry, resume que el aspirante de este tipo debe poner lo que más le apasiona de la carrera y que eso vaya acorde con lo que la empresa necesita. Según él, la hoja de vida no debe superar una cuartilla (una página) en extensión. Además, aconseja poner el promedio general de calificaciones obtenido en la carrera, pues puede ser un plus, y nombrar la tesis o proyecto de grado, ya que considera que con esto se pueden identificar cualidades y habilidades del postulante.
¿Qué miran los empleadores?
Para elegir un practicante, según Adriana Gutiérrez Faccini, consultora en Gestión Humana, básicamente se revisan los estudios realizados e interés por mantenerse actualizado: cursos adicionales o seminarios. También detallan las habilidades y competencias, que serán corroboradas en las pruebas psicológicas.
De igual manera, se analiza que posea los requisitos establecidos para las funciones a desempeñar y que generalmente se relacionan en la oferta laboral. No obstante, el paso siguiente después de la hoja de vida es la entrevista, y es ahí donde el empleador comprueba lo escrito en el currículo y encuentra otros puntos que necesita para tomar la decisión de contratar al estudiante y establecer el convenio con la universidad.
Pablo Alejandro Alzate
Contenido@elempleo.com
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